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15 de mayo de 2006

Entrevista a Begoña Errazti en Diario de Noticias

El entusiasmo que demuestra Begoña Errazti al hablar de la situación creada por el alto el fuego permanente de ETA hizo que lo que iba a ser una entrevista se transformara en una larga conversación. Lo que sigue a continuación es un resumen de lo que dijo la presidenta de Eusko Alkartasuna.

Ha transcurrido ya más de un mes desde que ETA declarara el alto el fuego permanente. ¿Cómo valora lo ocurrido desde entonces?

Lo de los plazos temporales es lo de menos, lo realmente importante es haber llegado a un escenario de alto el fuego. Porque con el alto el fuego se cierra una fase y empieza otra que nos tiene que llevar a la mesa de partidos, a la fase resolutiva, ése es el trabajo que hay que hacer en los próximos meses. La cuestión es que hemos llegado a esta situación tras un tiempo muy complicado, que ha requerido grandes esfuerzos, pero del que me queda la enorme satisfacción de haber sacado adelante un reto muy difícil, y también porque el camino emprendido hace años llegaba a un final adecuado. El saber que la defensa de las ideas por vías políticas y democráticas, que el diálogo con absolutamente todos y el empujar al mundo del MLNV hacia otro ámbito distinto, que es lo que hemos venido haciendo como partido sobre todo durante los últimos tres años, ha tenido como consecuencia la declaración del alto el fuego es una gran satisfacción.

Habla en primera persona de la satisfacción que siente, y también de lo que ha estado haciendo su partido. ¿Qué papel ha jugado Eusko Alkartasuna en la gestación del alto el fuego?

Eusko Alkartasuna ha sido un agente fundamental, absolutamente. No todos los partidos han participado de una manera tan clara en ese proceso. Y sí, estoy satisfecha porque hemos trabajado sobre unas hipótesis, complicadas, muy criticadas en su momento, para intentar llegar a un punto que no habíamos alcanzado en experiencias anteriores, Lizarra y otras. Aprendimos. Durante los últimos tres años hemos establecido, fundamentalmente en torno al Foro Nacional de Debate, un mecanismo de trabajo hacia otros partidos a los que hemos hecho partícipes de nuestras reflexiones. Con mucha prudencia y discreción hemos conseguido el alto el fuego.

Usted decía que es muy complicado llegar adonde se ha llegado, pero lo que queda por delante tampoco debe de ser muy fácil.

No va a serlo. Entre otras cosas porque en este escenario probablemente se va a producir un choque, democrático, pero choque. Y es lógico que así sea, porque no se puede obviar que para solucionar el conflicto político vasco las dos cuestiones que hay que abordar son la pacificación y la normalización política. Llegar a la normalidad política supone pasar por la normalización, y por lo tanto, ir al núcleo de la cuestión del contencioso vasco, que es ni más ni menos que la restitución de derechos, la profundización en el autogobierno y por lo tanto, responder al deseo mayoritario de la ciudadanía vasca. Las claves de la cuestión son el reconocimiento de los distintos territorios de Euskal Herria como parte de la nación vasca y el reconocimiento de la capacidad de decisión de la ciudadanía. Y ante eso, lógicamente, hay posiciones distintas, que responden a distintos sentimientos de pertenencia a una nacionalidad u otra.

El proceso se centra actualmente en la figura del presidente del Gobierno. ¿Qué hacen ahora los partidos?

Seguimos trabajando, mantenemos vías de interlocución, de intercambio de ideas y claves... Mi partido lo está haciendo, y me consta que otros también. El final del sufrimiento generado por la violencia, la solución del conflicto político, es una obligación de las personas que estamos en política en este momento histórico de nuestro pueblo.

En ese plazo de tres años de debates del que habla, ¿cuándo se incorporó el Partido Socialista?

El PSOE no ha estado en el Foro Nacional de Debate, éste le ha informado de los avances. Pero el PSOE tampoco ha estado al margen del proceso ni mucho menos. El Partido Socialista ha estado informado en todo momento.

¿No ha participado directamente en las negociaciones y los debates?

Ha sido partícipe con interlocuciones no conjuntas, sino bilaterales. Es que somos conscientes de que el Partido Socialista es absolutamente fundamental.

¿Se ha intentado contar también con UPN y con el PP?

Sí, sí, absolutamente con todos los partidos, siempre se ha intentado mantener la interlocución con todos, el problema está en que el PP, bueno y UPN, claro, que sigue la misma estrategia, no ha querido contactar con ningún otro partido. Es una autoexclusión, y un error, porque en política la no interlocución no es buena, pero sobre todo en un momento en el que se ve que se están dando pasos fundamentales hacia una solución de un conflicto, nadie se apartaría, es algo ridículo, no tiene ninguna lógica, sobre todo cuando se tiene conocimiento de lo que está ocurriendo.

¿Sabían el PP y UPN que el alto el fuego iba a producirse incluso sin participar en su preparación?

Yo misma, cuando se veía que la hipótesis para la que estábamos trabajando de llegar a un escenario de alto el fuego era algo alcanzable, fui a decírselo al presidente del Gobierno de Navarra para que no hubiera ninguna duda de la voluntad democrática y de la seriedad del planteamiento. Supongo que el señor Sanz tiene otros interlocutores, pero yo misma hice ese esfuerzo.

O no fue muy convincente, o el presidente tenía otros planes que no consideró conveniente variar a pesar de su información.

Lo lamentable es que en unos momentos tan importantes se quede al margen. No puede y no debe porque además tiene responsabilidades de gobierno. Una cosa es que un partido político opte por una u otra estrategia, pero cuando se gobierna, teniendo además la mayoría parlamentaria y por lo tanto una gran responsabilidad para con la ciudadanía navarra, no debe permitirse el lujo de dejar al margen a la sociedad navarra absteniéndose de participar en el proceso que se va a dar.

¿Hubiese sido posible llegar hasta donde se ha llegado con el Gobierno del PP?

La política ficción no me gusta nada. Hay una realidad: que el PP fue desalojado del poder por haber mantenido una actitud inaceptable. Es conveniente mirar un poco hacia atrás y la época del señor Aznar nos trae muchos y muy malos recuerdos. Fue una época antidemocrática y de vulneración de los derechos fundamentales. Cambió el Código Penal varias veces, cerró periódicos... Además, en el tema del conflicto político vasco utilizó continuamente el argumento de la existencia de la violencia contra el nacionalismo vasco. Y cuando me refiero al PP estoy pensando también en UPN. El Pacto Antiterrorista, la Ley de Partidos, iniciativas que por cierto contaron con el apoyo del Partido Socialista, intentaron una fractura social que afortunadamente no se dio. Pero todos los partidos, también el PP y UPN, son una parte fundamental de la solución, por lo que acabarán dándose cuenta de la necesidad de participar en ese proceso esperanzado hacia la paz. Lo dicen las encuestas, la sociedad apuesta por la paz. El 85% de la población piensa que estamos ante una gran oportunidad, y en ese 85% también habrá votantes del PP. Y eso es una exigencia para los partidos políticos porque los ciudadanos confían en que sepamos llevar esto hasta el final.

¿Cree que todo el mundo está dispuesto a hacer ese ejercicio de fe? Lo digo, sobre todo, por quienes sienten un legítimo recelo al haber sido los directamente afectados por la violencia de ETA, las víctimas.

Efectivamente tenemos que hacer un enorme esfuerzo para reconstruir lo que sin duda es un tejido social herido, ya que la violencia nos ha producido un gran sufrimiento y se nos han ido rompiendo cosas por dentro, en los sentimientos... Estoy hablando de reconciliación social, que debemos lograr con un esfuerzo colectivo, de los partidos políticos y de los gobiernos, ahí está la propuesta sobre paz y convivencia del Gobierno Vasco. Pero sin obviar nuestra responsabilidad individual, que desde el respeto a los demás nos lleve a un cambio en la mentalidad colectiva. La pacificación tiene también, además de ésta, otro ámbito, el de la negociación del Gobierno español con ETA para conseguir el fin de esa organización armada, que pasa necesariamente por terminar con la dispersión de los presos. El otro gran reto es la normalización. La mesa de partidos políticos deberá llegar a un acuerdo consensuado para el fin del contencioso vasco en torno a las claves de reconocimiento y decisión de la nación vasca.

El Gobierno de Navarra, por cierto, cree que la Comunidad Foral va a salir malparada de esas hipotéticas negociaciones, y también lo dice el PP.

Tiene gracia que ahora el presidente Sanz hable del señor Rajoy como el defensor de Navarra cuando justamente el PP y su presidente han sido los que más han cuestionado el régimen foral. Y ni el señor Sanz, ni UPN, ni el señor Rajoy pueden violentar a la ciudadanía navarra con argumentaciones falsas, generando enfrentamiento y fractura conscientemente, mediante engaños como el del precio político para Navarra. Están utilizando a Navarra para sus intereses en España. Es inadmisible, porque los partidos, en la defensa de nuestras ideas, nunca debemos utilizar a la sociedad, poner en riesgo la convivencia. ¿Cómo pueden hablar de lo del órgano común como si fuera una de las claves de la negociación con ETA? ¡Y cómo puede decir el señor Sanz que hay una mano negra abertzale detrás del problema de Volkswagen! Están generando un enfrentamiento que cada vez es más palpable en la calle para la defensa de un determinado modelo de Navarra, el de UPN. Es una barbaridad.

Pero es cierto que uno de los objetivos del nacionalismo, y de ETA, es la unión de los territorios de Navarra y de la Comunidad Autónoma Vasca.

La aparente coincidencia de algunas ideas de partidos nacionales vascos y ETA no puede culpabilizar al nacionalismo vasco. Ante ETA, desde siempre, hemos mantenido la misma posición de repulsa y negación de toda legitimidad política. Los vascos no somos responsables de la violencia de ETA, al contrario, la hemos sufrido. Pero se utiliza esta intencionada y falaz identificación para tratar de desautorizar planteamientos de partidos democráticos. UPN está defendiendo una nación española, y es legítimo, Eusko Alkartasuna defiende los derechos nacionales vascos y, lógicamente, ahí incluimos el contemplar Euskal Herria como una realidad que hoy es cultural, y si lo quiere la ciudadanía podría ser político en un futuro. Pero respetamos las reglas del juego. Es más, ahora mismo me atrevo a afirmar que Eusko Alkartasuna ha defendido con bastante más profundidad el autogobierno de Navarra que quienes se dicen navarristas y luego callan o colaboran cuando se presentan recursos contra ese autogobierno en Madrid. Eso de la integración y otras cosas que se dicen por ahí no las defiende nadie, pero es un argumento que cala en la población.

¿El Gobierno español va cumpliendo el guión?

(Piensa durante unos segundos antes de responder). Yo enmarco la actuación del Gobierno español estrictamente en esa negociación con ETA. Y hay cosas inmediatas que ahora mismo el presidente del Gobierno español debería hacer, como dejar atrás el mal llamado Pacto Antiterrorista, además pidiendo disculpas por lo que hicieron, porque colaboraron con el PP en la vulneración de derechos fundamentales. El resto, la normalización, corresponde a los partidos políticos vascos. La solución se deberá dar aquí, y no en Moncloa.

Pero primero debía verificar si el alto el fuego va en serio.

Todo el mundo sabe que cuando ETA hace un pronunciamiento lo hace en serio. Incluso respecto a sus peores acciones, y también ahora. Por eso digo que lo que tiene que hacer es ponerse a hablar con ETA ya, porque nos queda un muy largo camino por delante a los partidos políticos vascos.

¿Y ETA se está ateniendo al guión?

Es absolutamente necesario que no haya violencia. Cualquier acción violenta, además de condenable, entorpecería el camino hacia la paz y la normalización.

Partimos de la base de que ETA ya sabe que es así.

Lo sabe desde el momento en que ha declarado un alto el fuego permanente, y además tenemos que recordar cómo ante circunstancias desgraciadas como la de Barañáin y otras, portavoces autorizados en el conocimiento de ese tipo de hechos han afirmado claramente que nada tenían que ver con ese mundo... ¡Menos Sanz! Sanz, que tenía datos que luego no los quiere dar. Ante la violencia no puede haber comentarios frívolos ni mucho menos utilizaciones partidistas.

¿Cree que, pese a todo, está bien encarrilado el proceso?

Lo importante es el objetivo final, lograr la paz, es lo que exige la sociedad, poder vivir en un ambiente normalizado. Pero es verdad también que el cruce de intereses coyunturales, por ejemplo las elecciones de dentro de un año, generará situaciones, momentos difíciles o de confusión. Lo importante es ir a lo fundamental. En Eusko Alkartasuna estamos totalmente comprometidos con este proceso de paz. Y tenemos confianza en que, uniendo todos nuestros esfuerzos, vamos a llegar.

¿Es optimista? ¿cree que estamos ante el final definitivo de la violencia?

Creo que el proceso es irreversible, porque se han dado pasos que nos dicen que es así: la exigencia mayoritaria de la sociedad, las vías políticas como argumentación... El tema es cuándo. No se puede adelantar una fecha, eso sería un error grave. En ese ejercicio de responsabilidad y de implicación para el acuerdo es en el que realmente confío y en el que se que estará Eusko Alkartasuna, hasta el final.

¿Qué va a plantear Eusko Alkartasuna en la mesa de partidos, una vez que se forme?

En primer lugar nuestro deseo sería llegar con los otros al final del conflicto político. Y cuando entremos en el trabajo concreto de la normalización, plantearemos la necesidad de la restitución de derechos, avalados por nuestra historia, así como el deseo mayoritario de la sociedad vasca de profundizar en la soberanía que le corresponde. En este debate estaremos fuerzas distintas y con diferentes sentimientos nacionales, y el principio democrático de las mayorías deberá ser el que prime a la hora de los acuerdos. Contemplo también la necesidad de que las fuerzas nacionales vascas actuemos conjuntamente en defensa de la soberanía nacional vasca.

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