- ELECCIONES EUROPEAS 2014: EA ARGENTINA CON LORENA LOPEZ DE LA CALLE Y JOSU JUARISTI. -
Eusko Alkartasuna Argentina - contacto: euskoalkartasuna.argentina@gmail.com

>><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><<

16 de junio de 2004

Constitución europea: periodo constituyente, ya

Deia
. En estos días vamos a tener la ocasión de leer y escuchar multitud de análisis sobre las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado día 13 de junio. Como sucede en todas las consultas electorales, hay múltiples aspectos a considerar, y las celebradas en el Estado español no son una excepción. Pero lo restringido de un artículo no da para extenderse en esos análisis. Voy por ello a centrarme en la abstención registrada y en lo que ello significa de necesidad de autocrítica para los gobernantes europeos.

Para alguien como yo que ha estado trabajando en el Parlamento Europeo como parlamentario, es verdaderamente decepcionante constatar la enorme abstención registrada. Pero no me sorprende. Es una abstención ganada a pulso, en la que la máxima responsabilidad recae en los jefes de gobierno de los Estados miembros y en las autoridades de la Comisión. Pero también otros muchos tenemos nuestra cuota de responsabilidad: desde los partidos que no nos hemos tomado en serio ­más allá de la retórica­ el proyecto europeo, hasta unos medios de comunicación cuya información sobre la Europa institucional y todos los debates que en ella se producen es, como se decía de las fincas de los latifundistas, manifiestamente mejorable.

Diferentes comentaristas y seguidores de la realidad institucional europea se han manifestado repetidamente sobre la impresión que tienen los ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea de lo poco que se cuenta con su voto, dado que la Unión se está construyendo desde arriba, por los gobiernos, al tiempo que esa misma opinión ciudadana poco o nada influye en las decisiones de la Comisión Europea. Hay quienes incluso opinan que representa ser una gran contradicción esa desafección de la ciudadanía con el proceso de construcción europea, justamente cuando éste entra en una etapa aparentemente crucial, por lo que se reclama que la clase política emprenda una campaña con urgencia, una eurocampaña, al objeto de divulgar lo que nos estaríamos jugando en Europa.

Pero este tipo de opiniones y deseos ni han sido atendidos, ni, a lo que parece, van a serlo, por los mandatarios de los Estados miembros. Y a los hechos me remito.

Por ejemplo. Tras el fracaso del tratado de Niza (de cuyas reuniones dijo Prodi en sesión plenaria en Estrasburgo que “allí los jefes de gobierno hablaban de sus respectivos países y no les preocupaba Europa”), el Parlamento Europeo fue decisivo para que se abandonara el procedimiento de la CIG (Conferencia Intergubernamental) y se diseñara el futuro de Europa bajo la fórmula de la Convención Europea (el llamado “método convencional”). Pues bien, después de muchísimas reuniones, y a pesar de sus limitaciones (no presencia de autoridades y parlamentos “regionales”, p.ej.,), todo ese trabajo de la Convención en el que intervinieron representantes de los jefes de Estado o de gobierno de los Estados miembros; representantes de parlamentos estatales, del Parlamento Europeo, de la Comisión; representantes, asimismo, de gobiernos de Estados candidatos a la adhesión y de sus respectivos parlamentos, observadores del Comité de las Regiones, del Comité Económico y Social, de los interlocutores sociales europeos y del Ombudsman Europeo, culminado en julio de 2003, se entrega en forma de borrador a los jefes de Estado y de Gobierno de los 25, quienes decidirán finalmente sobre el texto constitucional europeo. Esto, hay que decirlo bien alto, es un despropósito.

¿Acaso no han aprendido de lo que ha pasado este último domingo, y ya se disponen, esta misma semana, a aprobar a puerta cerrada nuestro futuro constitucional europeo? ¿A alguien le puede sorprender que maniobrando a espaldas de la ciudadanía, y atendiendo a los tiras y aflojas gubernamentales, la ciudadanía dé la espalda a las urnas? ¿Qué participación pueden esperar en los referendums de ratificación de la llamada Constitución Europea?

Aún estamos a tiempo de corregir este desaguisado. Llévese el borrador constitucional al Parlamento Europeo, elegido hace tan sólo unas horas. Ábrase un periodo de tiempo razonable para que se hagan aportaciones y para que la ciudadanía pueda participar en los debates en el interior de sus respectivos Estados. En definitiva, ábrase un periodo constituyente protagonizado por la Cámara legislativa elegida por sufragio directo por la ciudadanía europea. Todo menos una nueva operación a puerta cerrada, condicionada por los intereses de los Estados, que alejará aún más a la ciudadanía de las instituciones europeas, con unas consecuencias nefastas. Periodo constituyente, ya.

Gorka Knörr
Vicepresidente del Parlamento vasco
y ex europarlamentario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un abrazo desde el otro lado del charco.
Mikel