Deia
Hasta el agravamiento de Arafat, esta semana ha tenido como protagonista indiscutible a George W. Bush ¿cómo ha visto usted su reelección?
Es un mal trago y una bofetada para los sectores más progresistas que creen que la solución de los conflictos tiene que darse desde el diálogo y el acuerdo y no desde la intromisión de los países fuertes en los menos fuertes.
¿Ha triunfado el pensamiento belicista?
Así es, y eso es lo más decepcionante, que los ciudadanos norteamericanos hayan respaldado con su voto esa estrategia de quien se ha dedicado a hacer guerras en Afganistán y en Irak. Por contra, siete presos de ETA han reconocido esta misma semana, en una carta, que la lucha armada ya no resulta eficaz. ¿Cómo interpreta usted dicha misiva?
Sin duda en clave positiva. Bien es verdad que, en una organización de estas características, aquel que es detenido pierde peso y protagonismo, pero eso no le quita valor a que estas personas que en su momento han sido un referente dentro de ETA se manifiesten como se manifiestan y digan que es ya hora de dedicarse a otras cosas. Es un mensaje que no se lanza sólo al ámbito interno de la organización, sino a la propia Batasuna, a la que alguna vez alguien, desde su propio mundo, le tenía que decir que hasta aquí hemos llegado.
¿Cree que surtirá efecto?
Al menos tendrán que tenerlo en cuenta. Batasuna tiene que tomar su propio rumbo. Cuanto más tarde en quitarse de encima la tutela de ETA más difícil les será procurar una salida política para el conjunto de la denominada izquierda abertzale. A partir de ahora, tendrán que pensar muy bien cuál es el documento que van a hacer público el 14 de noviembre. No puede ser algo así como ni carne ni pescado. O apuestan claramente por las vías estrictamente políticas, sin ningún tipo de comprensión hacia quienes ejercen la violencia, o ese documento no servirá absolutamente para nada.
PP y PSOE entienden que la carta viene a confirmar que la represión policial es la mejor vía para acabar con ETA, por lo que se reafirman en la validez de su pacto antiterrorista.
A veces pareciera que les gustaría que la actividad de ETA se mantuviera por más tiempo. No oculto que la labor policial y judicial sirva para avanzar en el proceso de desaparición de una organización, bien sea ETA o cualquier otra de carácter delictivo. Pero si alguien cree que esa es la solución definitiva para una organización que tiene un importante respaldo social de raíces políticas, se equivoca. Incluso siendo así, que no lo es, no se puede sacrificar los derechos y libertades de los ciudadanos como han venido haciendo PP y PSOE, en aras de ese pacto para luchar contra el terrorismo, primero porque no es verdad que sea para eso, y porque la libertad es un valor en sí mismo que no se puede limitar.
¿Siguen ustedes pensando que la paz requiere de una salida política negociada y que esa negociación, tarde o temprano, debe incluir a ETA?
La paz requiere de una salida negociada. Pero ETA no puede tutelar el ámbito de lo político. Podrá tener, y cada vez menos, el control sobre sus presos, y podrá negociar en su momento sobre ese ámbito, pero la solución definitiva al conflicto vasco requiere de un diálogo sin exclusiones entre todas las fuerzas políticas, y Batasuna tiene que estar ahí...
¿Simplemente tiene que estar o es la que tiene la llave de la solución?
Que es una llave importante, no hay duda. En Italia, las Brigadas Rojas y, en Alemania, la Baader Mainhoff desaparecen en el momento en que no tienen ningún tipo de respaldo social. Pero ETA tiene en Euskadi un soporte social, no ya desde el punto de vista de la prestación de ayuda, sino cuando menos de la comprensión hacia sus acciones que está fundamentalmente alrededor de la denominada izquierda abertzale. De lo que digan el día 14 dependerá que podamos estar ante una solución definitiva al conflicto o ante más de lo mismo.
Le veo expectante, no sé si también esperanzado...
Confío en que se hayan dado cuenta de que no se puede mantener por más tiempo una situación de confrontación y de silencio ante la violencia de ETA porque eso políticamente les perjudica. Y, en consecuencia, espero que ese documento refleje con claridad una separación definitiva entre su actividad política y la actividad armada de ésta.
¿Facilitaría ello alguna fórmula de acuerdo parlamentario con SA, previa a la votación del Plan Ibarretxe?
Batasuna tiene una responsabilidad histórica que es la de permitir que la sociedad vasca pueda decir lo que piensa sobre su relación con el Estado. Yo sería incapaz, incluso estando en la posición de SA, de negar esa posibilidad y hacerlo además de la mano de los sectores españoles más conservadores uniendo sus votos a PP y PSOE para impedir esa consulta. Pero en sus manos está.
Los socialistas han anunciado que no será sino hasta después de las elecciones autonómicas cuando ellos den a conocer su modelo de convivencia.
Lo normal es que lo explicitaran en el debate político abierto en el Parlamento vasco. No presentarlo ni siquiera en las elecciones es una burla al conjunto de ciudadanos/as vascos que tienen derecho a conocer qué es lo que planteamos unos y otros ante una próxima cita electoral.
También Elkarri ha vaticinado que después de las autonómicas se abrirá en Euskadi «una negociación política profunda»...
Tampoco entiendo por qué Jonan Fernández dice esto, como si lo que hemos sido incapaces de hacer en los últimos cuatro años, lo fuésemos a hacer en un día. Otra cosa es que haya que intentarlo, pero poner fechas y decir que después de las elecciones todos vamos a ser muy buenos y dialogantes es jugar con los sentimientos de las personas.
¿Hasta qué punto teme su partido que, pasada la contienda electoral, el PNV se vea tentado a justificar un nuevo acercamiento al PSE-EE, en base a esa propuesta de reforma estatutaria que prepara el señor Guevara?
Estarán en su derecho de hacerlo. A día de hoy, nosotros nos fiamos de la palabra del lehendakari quien, en público y en privado, ha mantenido una apuesta clara por el actual tripartito y porque éste desarrolle en la próxima legislatura su propuesta de nuevo Estatuto. Entendemos que ahí no hay cabida para otras formulaciones diferentes, mucho menos que reduzcan nuestra capacidad de autogobierno.
El PSOE, sin embargo, parece dispuesto a dar más competencias a las comunidades autónomas con tal de asegurar la unidad del Estado.
Que se olviden de nosotros. 25 años después, ya no entramos en el juego del cambio de cromos. Estamos en una posición y una situación diferente, ante una propuesta de un marco jurídicopolítico nuevo, y eso es a lo que nos vamos a dedicar. Al menos desde EA no estamos dispuestos a reabrir un nuevo debate sobre las competencias estatutarias. Si dentro del PNV hay gente que tiene ‘un plan B’ es algo que no me consta. Pero espero que como partido respalden, como vamos a respaldar nosotros, la estrategia que se ha trazado Ibarretxe.
¿Qué le pareció el papel que éste jugó en la I Conferencia de Presidentes Autonómicos?
Mi partido lo dijo previamente. Creíamos que era mejor mantener la relación de bilateralidad con el Estado, que es la que siempre hemos mantenido. Pero respetamos la decisión adoptada por el lehendakari cuyas manifestaciones después de la reunión y dentro de ella, fueron muy claras en defensa de las posiciones políticas que aquí estamos manteniendo.
¿Ha renunciado usted a que se produzca un cambio en la política penitenciaria, con el nuevo gobierno socialista?
No sólo he renunciado a ver cambios en la política penitenciaria. He renunciado a verlos en otras muchas cosas. Al final, uno se pregunta para qué ha ganado el PSOE unas elecciones. ¿Para hacer la misma política que el PP? ¿para mantener la misma legislación limitadora de derechos y libertades? Para eso un partido que se dice progresista no gana unas elecciones. Pero si nos encontramos con que los asuntos más destacados de este Gobierno hasta la fecha han sido la excarcelación de un asesino como el general Galindo, conceder el tercer grado a un ladrón, como es el señor Roldán o el homenaje a la división azul en el desfile militar del 12 de octubre, usted me dirá. Da la impresión de que lo que están haciendo es intentar comprar el silencio de quienes pueden hablar y trasladar una acusación directa en contra del PSOE y disputarle el electorado al PP homenajeando a los personajes mas fascistas de este país.
¿Zapatero ha dejado de ser un enigma?
Para mi Zapatero era una incógnita hace seis meses, cuando se presentó a las elecciones y un mes después de ganarlas, hoy es a todas luces un fiasco. Las cosas que ha hecho en temas puntuales, como la Naval, demuestran cuál es su talante real.
¿Qué opina del procesamiento de ocho directivos de ‘‘Egunkaria’’?
Me alegro de que ese sumario se cierre. Aunque mi impresión es que estamos ante un auto de procesamiento que tiene una gran carga política. Habrá que ver cuáles son los argumentos para enjuiciar a estas ocho personas pero me fío muy poco de la forma de proceder de algunos jueces de la Audiencia Nacional, cuyo objetivo no es tanto impartir justicia sino ser estrellas.
Sorprende que el fiscal no haya llamado a declarar a Rodríguez Ibarra después de que públicamente afirmara que sabía la verdad sobre los GAL.
Es una barbaridad. Que alguien que dice saber cómo se han utilizado los fondos reservados y quiénes son los que han participado en el terrorismo de Estado esté en su casa sin que el Ministro del Interior se haya preocupado en llamarle para preguntarle qué es lo que sabe, y que no haya habido un fiscal que haya actuado de oficio o un juez que reabra el sumario para llamarle a declarar, es una actuación tan desgraciada que no me extraña que los ciudadanos cada vez confíen menos en la justicia.
¿Cree que algún día conoceremos la verdad?
Si el indulto a Vera no se produce hay una posibilidad. Pero la compra del silencio es algo muy habitual en estos gobiernos.
Otro juez, en este caso una jueza, ha decidido archivar la querella contra Mikel Buesa por considerar que decir que el Gobierno vasco financia al terrorismo no es delito sino libertad de expresión.
A ese respecto sólo tengo que comentar que respeto la decisión judicial aunque lógicamente no la comparto y que el Gobierno vasco procederá en consecuencia recurriéndola.
En Navarra, Miguel Sanz aboga por suprimir la disposición transitoria cuarta de la Constitución que permite a los navarros decidir si se quieren integrar a la CAV.
Más que Miguel Sanz me preocupa las volteretas del PSN que, en los últimos 25 años, ha pasado de defender un órgano común para los cuatro territorios de Hegoalde, a defender la separación como defendió Urralburu, para intentar ahora traspasar a UPN por la derecha, terminando con cualquier posibilidad de acuerdo de integración que pueda haber. Pero, por muchos cambios en la legislación que haya, al final lo que vale es la voluntad política de los ciudadanos y, si el proceso de identidad nacional vasca en Navarra sigue avanzando, acabará imponiéndose esa voluntad de integración.
¿Están dispuestos en EA a reeditar la coalición electoral con el PNV de cara a las próximas elecciones en la CAV?
Estamos valorando los pros y los contras. Aunque sí creo que es una decisión que tenemos que adoptar rápido. Sería conveniente que, entre noviembre y diciembre, tanto PNV como EA, tuviésemos una posición fijada sobre cuál es la fórmula electoral que más puede beneficiar a los intereses del nacionalismo en nuestro país.
Begoña Errazti dio por hecho que por EA no quedaría el conseguir una mayoría electoral que respalde la propuesta de nuevo Estatuto...
La propuesta política es fundamental a la hora de definir alianzas o coaliciones. Y, desde luego, es lo que va a orientar nuestra decisión, pero teniendo la seguridad de que ésa es la propuesta que va a ir hasta el final.
¿A qué obedece la sanción que los órganos internos de su partido han impuesto al presidente de EA en Donostia?
Sobre eso poco le puedo decir. Al parecer algunos afiliados interpusieron una denuncia ante el Tribunal de Garantías, por unas actuaciones que consideran que no han sido ajustadas a nuestros Estatutos y éste ha decidido lo que ha decidido, de forma totalmente independiente. De hecho, la dirección del partido se enteró de ella, a través del periódico.
Al igual que Sabin Arana y José Luis Uribarri, José Emilio Agote habla de caza de brujas.
Siempre es así, en nuestro partido y en todos. Alguien a quien los órganos internos deciden sancionar siempre considera que está perseguido políticamente. Pero no es así. Lo digo con todo respeto hacia esa persona, pero alguien que está dentro de un partido tiene que ser también respetuoso con los estatutos de la organización en la que milita.
¿Habrá más ceses?
No tiene por qué.
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