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Jon Idigoras falleció esta mañana en la clínica del Doctor San Sebastián de Deusto. El ex-mahikide, “el hijo de Juanita Gerrikabeitia” como le gustaba llamarse estaba aquejado de una grave enfermedad (enfisema pulmonar) que arrastraba desde hace varios años. Tenía 69 años.
En lo que parece una constante en su larga vida política, en los últimos días, ya convaleciente en el hospital, Idigoras ha afrontado varias citaciones judiciales, a resultas de la última querella que presentó contra él, el escritor y miembro de Basta Ya Iñaki Ezkerra. Idigoras dijo recientemente de Ezkerra que “fue miembro de ETA y ahora está en el PP”. Su hospitalización le impidió acudir a los sendos actos de conciliación convocados por el juez de Durango que tramita la denuncia de Ezkerra.
Proveniente del sindicalismo abertzale y de la lucha antifranquista en el movimiento obrero, fundador de Herri Batasuna y del sindicato LAB, Idigoras se introdujo de lleno en la política de la mano de Santiago Brouard, hasta llegar a ser durante muchos años la cara y ojos de la izquierda abertzale.
Amado por su gente, ha sufrido como el que más en carne propia el odio que durante décadas ha sembrado la violencia de ETA. Varias veces procesado y encarcelado, objeto de agresiones y atentados de las bandas parapoliciales del Estado, confesó que una de las cosas más duras que tuvo que afrontar fue la de tener que poner voz y cara a las reeacciones oficiales de Herri Batasuna después de los atentados de ETA.
Aunque la izquierda abertzale ha denunciado otros presuntos intentos de atentado contra él nunca aclarados, Idigoras sobrevivió al tiroteo del Hotel Alcalá de Madrid en 1989 en el que resultó muerto el diputado electo Josu Muguruza. Algunas informaciones apuntan a que Idigoras era el objetivo prioritario de los asesinos aquel día.
En 1997 fue encarcelado junto con el resto de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, tras la cesión de su espacio electoral gratuito para la difusión de un vídeo de ETA en el que se presentaba la llamada “Alternativa Democrática”. La misma enfermedad que le mantiene ahora hospitalizado hizo que Idigoras abandonara la prisión antes de que el Tribunal Constitucional dictara la absolución del resto de mahaikides en julio de 1999, casi dos años después de las detenciones.
Es recordable que después de salir de la cárcel por su enfermedad pulmonar, en aquellos tiempos en lols que empezaba lo peor del aznarato y de los cociditos madrileños, hubo en España una campaña brutal para que se le denegara la pensión que le correspondía.
Idigoras ha sido objeto de innumerables bromas y chanzas por parte de los suyos dada su afición a la llamada fiesta nacional de los toros, de las que siempre se defendió aduciendo los orígenes vascos del toreo a pie. Llegó a lidiar algunas becerradas anunciándose en los carteles como “Chiquito de Amorebieta” ( o “Chiquito de Eibar” según otras fuentes). Menos conocidas son sus otras aficiones, éstas típicamente vascas, por el monte y la recogida de setas.
También fue causa de no pocas bromas su “claudicación” ante las exigencias del protocolo de la Zarzuela, cuando accedió a ponerse corbata durante la audiencia que le concedió el rey Juan Carlos en 1993, dentro de las consultas reales post-electorales de ese año. “«¡Las vueltas que da la vida! Cada vez que el rey venía a Euskadi le montábamos la bronca y ahora resulta que tenía que ir yo, el hijo de Juanita Gerrikabeitia, al mismísimo Palacio de La Zarzuela, y además con corbata, como exigía el protocolo», manifestó con socarronería el propio Idigoras rodeado de cámaras y micrófonos ante las verjas del Palacio Real. Precisamente, otro “gesto” real, el que Juan Carlos dedicó “de corazón”, de dedo corazón enhiesto, a un grupo de manifestantes durante su última visita a la Comunidad Autónoma Vasca, le animó a publicar uno de sus últimos artículos de prensa.
Jon Idigoras, “el hijo de Juanita Gerrikabeitia”, fue visto en público por última vez el pasado 14 de noviembre con motivo del acto de presentación de la Propuesta de Anoeta en el velódromo donostiarra.
Rafael Larreina (EA)
El miembro de la ejecutiva de EA Rafel Larreina, ha recordado tras el fallecimiento de Jon Idigoras que "cuando uno le conocía, y aunque de los medios de comunicación tenía un imagen muy dura, sin embargo era todo lo contrario. Era una persona super-entrañable".
Larreina ha transmitido sus condolencias a sus allegados y ha reconocido que
"después de tratarlo personalmente le había cogido cariño, y por eso ahora la noticia me ha dejado traspuesto".
El respresentante de Eusko Alkartasuna ha dicho que "el recuerdo que voy a guardar de él es el de una persona entrañable y coherente. Coherente consigo mismo: luchó por un ideal y lo hizo con honradez intelectual y eso siempre es admirable. En muchas etapas de su vida no compartíamos las formas. Últimamente comaprtíamos muchos enfoques. La coherencia y su espíritu abertzale han marcado su vida. Creo que ese es un ejemplo para los que seguimos aquí, de intentar ser coherentes, de seguir queriendo a este país".
EITB24
1 comentario:
La coherencia es una caracteristica muy definidora de la personalidad de todo ser humano.
Jon Ydigoras fue CONSECUENTE con sus PRINCIPIOS-
Rafael Larreina ha sido fiel intérprete de la coherencia en la manera de sentir y practicar la Politica por parte de EUSKO ALKARTASUNA.
COHERENCIA en los VALORES NACIONALES VASCOS
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