- ELECCIONES EUROPEAS 2014: EA ARGENTINA CON LORENA LOPEZ DE LA CALLE Y JOSU JUARISTI. -
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29 de noviembre de 2006

Ziarreta pide al Gobierno que siga ´la vía canadiense´ y reconozca Euskal Herria como nación

El secretario general de Eusko Alkartasuna, Unai Ziarreta, consideró hoy un ´paso positivo´ el reconocimiento de Quebec como nacion e instó al Gobierno del PSOE a que siga ´la vía canadiense´ mediante el reconocimiento del País Vasco como nación.

En un comunicado, Ziarreta instó a las autoridades españolas a emprender ´los pasos del país norteamericano, ya que, con voluntad y a través de la vía jurídica, se puede cifrar la solución de un conflicto político como el que vive Euskal Herria´.

El dirigente nacionalista reivindicó, de esta forma, la vía utilizada en Canadá, recogida en la Clarity Act (Ley de Claridad) que regula la celebración de referendos periódicos, y en la que los ciudadanos se pronuncian sobre la independencia del Quebec. ´Una vez que la opción independentista sea mayoritaria, el Estado canadiense iniciará una negociación para establecer un nuevo estatus político´, recuerda.

En este sentido, reclamó que ´se permita a los vascos hacer una declaración de voluntad y, en función de su contenido, que el Estado español abra un proceso de negociación´. ´El señor Zapatero debería seguir el ejemplo canadiense, ya que constataría que realmente desea una solución para el conflicto político vasco´, aseveró.

El secretario general de EA se mostró convencido que ´Euskal Herria encontrará una fórmula, que a través de las vías democráticas, respete la decisión de los vascos, y cumpla con sus deseos de un mayor autogobierno´. ´El ejemplo de Canadá nos alienta´, apuntó.

Por último, felicitó a ´los compañeros del Bloque Quebecois, que, con su apuesta firme y democrática, harán avanzar inexorablemente la causa del independentismo en el próximo referéndum que se convoque´.

Mikel Ezkerro se hizo presente en el lanzamiento de Leire Pinedo


Leire Pinedo Bustamante, de 30 años de edad, ha sido elegida para encabezar la candidatura de Eusko Alkartasuna de Sopela en las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en mayo de 2007.

En la presentación de la candidatura, Leire Pinedo, ha estado arropada por los secretarios de organización de EA, Rafael Larreina, y de Bizkaia, Israel Brull, así como medio centenar de afiliados y simpatizantes de la zona de Uribe Kosta. En el acto de presentación también ha estado presente el representante del Alkartexe de Buenos Aires (Argentina), Mikel Ezkerro.

Leire Pinedo Bustamante es Licenciada en Economía por la UPV/EHU y desarrolla su actividad profesional en el sector financiero. Es de la ejecutiva local de Eusko Alkartasuna de Sopelana y coordinadora de Gazte Abertzaleak para Uribe-Kosta desde el año 2004.

En sus primeras declaraciones como cabeza de lista del partido independentista, Pinedo ha señalado que sus prioridades serán ´quitar la OTA, mejorar la oferta de VPO, defender los intereses de los jóvenes y todo aquello que mejore la vida de mis conciudadanos´, siempre ´desde una perspectiva socialdemócrata y promoviendo dar un giro a la izquierda en la política del ayuntamiento de Sopela´, ha recalcado.

23 de noviembre de 2006

EL VIGENTE LEGADO DE SABINO ARANA Y GOIRI

El 25 de noviembre se cumplirán 103 años de la desaparición física de Sabino Arana y Goiri, un arquetipo vasco, que en medio de la tempestad por la cual atravesaba su Patria durante el siglo XIX, visualizó el problema, y construyó una herramienta política necesaria para esa emergencia y para los tiempos, la cual, permite hoy a todos sus herederos, más allá, de los diferentes matices e interpretaciones, trabajar en la defensa y consolidación de los Derechos Históricos de la Nación Vasca.

La experiencia demuestra, que la mejor forma de homenajear a los grandes hombres, es sin duda alguna, renovando la lectura de sus escritos y postulados, para buscar en ellos, el alcance o vigencia actual del mensaje. En este sentido, examinando la obra de Sabino Arana, he encontrado un artículo, publicado en el periódico nacionalista “El Correo Vasco”, fechado el 11 de junio de 1899, que lleva por título “Regeneración”. En dicho escrito, Sabino valora la necesidad que muchas veces tienen los pueblos que han perdido el rumbo, de iniciar un proceso de regeneración, con el fin de retomar sus valores, principios y costumbres. Pero Arana y Goiri distingue, entre los frívolos, a los cuales, culpa de toda esta situación de postración moral, mientras que por otro lado, rescata a los verdaderos vascos, para los cuales, el proceso de regeneración no es necesario.

Es en otro párrafo, Sabino llama la atención al pueblo vasco, con el fin de evitar que vuelva a caer, en una nueva crisis de identidad, indicándole que el único remedio para combatir este mal, es aprender su propia historia, saber quienes son sus enemigos, y cuales son las armas que emplean para dominarle. Dejando en claro, que el día que ello ocurra, el famoso divide y vencerás, no dará en Euskalherrìa ningún resultado.

Finalmente, Sabino realiza un llamamiento a su pueblo, convocándolo para que se agrupen todos bajo una misma bandera, fundando sociedades puramente vascongadas, escribiendo en periódicos vascongados, creando teatros y escuelas vascongadas, y contestando a un concepto antivasco, con cien conceptos vascos, afirmando que si ello ocurre, Euskeria estará agradecida.

Hoy vivimos un tiempo de esperanza, más allá de los obstáculos que dificultan lograr avances en la resolución del conflicto vasco. No habrá solución ni futuro, si no hay unidad y objetivos que permitan lograr consensos. Si revisamos lo ocurrido en el siglo XIX, encontraremos las causas del conflicto, y para superarlos, no hay que caer como afirmaba Sabino Arana, en los recurrentes errores. En este sentido, los vascos y vascas deberemos trabajar par obtener como primer paso la necesaria unidad, para luego poder trabajar por la paz y la normalización política y a partir de ello, poder garantizar el derecho a decidir de las ciudadanas y ciudadanos vascos.

Prof. César Arrondo

14 de noviembre de 2006

Azkarraga recomienda al PSOE que no culpe sólo a ETA de la crisis del proceso de paz

Azkarraga reaccionaba así, en declaraciones a RNE, al diagnóstico sobre el proceso hecho ayer por el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, quien afirmó que es la banda terrorista "quien dificulta que el proceso vaya hacia adelante".

Según Azkarraga, el PSOE aún se encuentra "a medio camino de lo que tiene que ser el inicio de un proceso de estas características" y ha opinado que las "acusaciones mutuas entre unos y otros" producen en la sociedad "desazón y preocupación". Por este motivo, ha pedido más "discreción" a la hora de abordar el proceso de paz.
Preguntado si la declaración de Batasuna en el velódromo Anoeta de San Sebastián en 2004 -donde abogó por sacar el conflicto de las calles y llevarlo a dos mesas de negociación simultáneas-, de la que hoy se cumplen dos años, es compatible con el discurso actual de exigencias al Gobierno, Azkarraga ha reconocido que ambas posiciones son contradictorias. "Cuando el pasado sábado se intenta quemar vivo a un policía municipal por parte de quienes utilizan la 'kale borroka' como medida de expresión, sin duda es muy incompatible todo esto con una verdadera ansia de paz", señaló.

"Posición clara"
No obstante, ha advertido de que también es "incompatible" con una apuesta por la paz que el Gobierno "todavía no mantenga una posición clara con respecto a las políticas penitenciarias que, sin duda, pueden ayudar a avanzar en este proceso".
A pesar de todo, Azkarraga ha abogado por "mantener la esperanza" debido a que la sociedad ha asumido que el proceso de paz es "irreversible" y ha confiado en que salga bien, "pero no porque el Partido Socialista" o "la denominada izquierda abertzale" lo estén haciendo "bien", sino por "las ansias de paz de la sociedad vasca", que no va a permitir "un paso atrás". En este sentido, ha resaltado que "cada día que pasa sin un atentado" dificulta a ETA "volver a las andadas".
Por otra parte, el consejero ha valorado el hecho de que, según él, la organización terrorista y la izquierda abertzale está hablando con una sola voz, lo que es "un valor en sí mismo" y subraya que se equivoca quien piense que el conflicto acabará con el fin definitivo de las "acciones violentas de una organización como ETA", sin abordar el "problema político" que "está en las orígenes de esa violencia". En este sentido, ha dicho desconocer si tiene que ir primero la paz y luego la política.

"Colaboración" de la Justicia
Con respecto al papel de la justicia en el proceso, Joseba Azkarraga ha manifestado no compartir la crítica global a la justicia, aunque sí se ha mostrado a favor de criticar "algunas actitudes que no están acompañando" el proceso. "A nadie se le pide que incumpla" la ley, sino que "colaboren (...) sin hacer cosas extrañas", ha remachado.
Tras rechazar que no cree que exista división entre los presos de ETA, el consejero ha afirmado que ellos y sus familiares tienen "capacidad de incidir en lo que tiene que ser la estrategia" de la banda en el proceso y resaltó tener datos sobre que ese colectivo "ha apostado por un proceso de diálogo que termine con este problema".
Sobre la segunda huelga de hambre emprendida por el recluso Ignacio de Juana Chaos, Azkarraga ha reconocido que le "preocupa" la protesta que ha iniciado, pero consideró que la carta de otro preso de ETA en que reprocha a De Juana Chaos haber tomado esta iniciativa no va a incidir en la marcha del proceso.

11 de noviembre de 2006

LAS ULTIMAS ESCENAS DEL PASADO

La marcha del proceso de resolución del conflicto vasco no pasa por su mejor momento. La sensación que se percibe, es la de una total falta de voluntad de las partes para construir puentes y consensos para avanzar en la búsqueda de una solución definitiva.

De nada ayuda la judialización de la actividad política, que inmoviliza la posibilidad de diálogo. Los ejemplos más claros lo constituyen: la acusación que pesa sobre el Lehendakari Ibarretxe por dialogar con la ilegalizada Batasuna, la reapertura de la causa contra la anterior mesa del Parlamento (Atutxa, Bilbao, Knorr) por desobediencia al Tribunal Superior, como así también, la absurda condena a Iñaki de Juana por ejercer el derecho de publicar sus ideas en la prensa.

Desde el Estado español tampoco se emiten señales claras. El Presidente Zapatero pasa sus días haciendo un peligroso equilibrio entre tomar la determinación histórica de llevar el proceso hasta el final, y complacer al Partido Popular, mientras además, parece le quedara un tiempo libre para observar de reojo las encuestas y manifestar cuando la oportunidad se lo permite, que las expresiones nacionalistas no lograrán sus objetivos.

La violencia callejera, la obsesión de algunos referentes de la política y de retrógrados colectivos minoritarios, cuyo único fin es provocar un cambio en la determinación tomada por ETA, para de esta manera, abortar el proceso de paz y normalización política, tampoco resulta de gran ayuda, para poder avanzar hacia un escenario de resolución.

Hoy el proceso de resolución encuentra bloqueado, pero seguramente surgirán propuestas e imaginación para destrabar la situación actual. Existen en Euskalherría partidos políticos, colectivos y agentes sociales y sindicales que siempre han estado en sintonía con el momento histórico, privilegiando el interés general a los personales y partidistas. Son estos, los que por compromiso con la causa nacional tienen en claro, que la situación actual solamente es una representación de las últimas escenas del pasado.

Prof. César Arrondo

8 de noviembre de 2006

Hernani en la memoria


Joseba Azkarraga
Considero un deber de justicia rendir homenaje a las personas fusiladas y desaparecidas de la Guerra Civil. Y hoy, en concreto, a las que fueron fusiladas contra la tapia del cementerio de Hernani.

El presente año se cumple el 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil. Después de años de dolor y sufrimiento, seguidos de silencio y de olvido, ha llegado el momento de reparar moralmente el daño sufrido y de devolver la dignidad a tantas familias a las que hay que rescatar del olvido. Una tarea a la que hoy nos sentimos obligados.

Una comunicación de la Comandancia de la Guardia Civil, fechada en Hernani el 17 de junio de 1958, asegura que fueron enterrados en dos fosas comunes del cementerio de la localidad un total de 197 cadáveres. Se citan los nombres de siete sacerdotes ejecutados: Martín Lecuona, Gervasio Albisu, José Ariztimuño, José Adarraga, Celestino Onaindía, José María Elizalde y Gabino Alustiza. Asimismo se añade: «Se hallan enterrados juntamente con los reseñados anteriormente unos 190 individuos más aproximadamente, cuyos nombres se desconocen totalmente, los cuales también fueron ejecutados por las Fuerzas Nacionales».

Según nos describe D. Alberto Onaindía en su libro Hombre de Paz en la Guerra, al narrar estos execrables sucesos, no se guardaron las más elementales formalidades jurídicas. Sin formar la causa, sin instruir expediente alguno, sin seguir un proceso, sin declaraciones de los supuestos reos, sin posibilidades de defensa, sin respetar las mínimas garantías que incluso en tiempos de guerra se observan en todo País civilizado, se les fusiló sin piedad.

Por si no fuera suficiente semejante tropelía contra los Derechos Humanos, se pretendió que su muerte no constara en ningún registro. Al salir de la cárcel de Ondarreta les hicieron firmar su libertad. Así quedaba registrada oficialmente su liberación, y no se podría alegar una prueba documental del fallecimiento.
Los asesinos no se contentaban con matar la vida. Querían más. Pretendían matar a ser posible la muerte misma. Los familiares no podrían iniciar el oportuno expediente para cobrar el seguro de vida. El mismo Boletín Eclesiástico de la Diócesis no dedicaría a los fusilados la menor mención en el obituario mensual de sacerdotes y religiosos fallecidos.

Se quiso cubrir con una pesada losa de silencio, nocturnidad y fraude de firmas, el crimen que un día sería la más grave acusación de asesinato contra unos criminales que tuvieron la osadía de presentarse, ante la opinión del mundo entero, como los cruzados de una causa santa, oficialmente respaldados por bendiciones episcopales. Pero la verdad y la justicia se abren camino poco a poco, y los hipócritas quedan expuestos a la maldición inexorable de toda conciencia honrada.

Por ello, quiero alzar mi voz y denunciar públicamente la conculcación de todas las garantías jurídicas y la gravísima vulneración de los Derechos Humanos que tuvieron lugar junto al cementerio de Hernani, cuando se perpetraron los atroces crímenes que hoy recordamos y que se cometieron contra personas inocentes, honradas, y pacíficas, que nunca habían levantado su mano contra nadie y que eran un ejemplo de lo mejor y más noble del Pueblo Vasco.

Pero trasciendo lo sucedido en Hernani para aludir a una cuestión más general referida a todo el Estado español y a todas las Instituciones públicas.

El 1 de abril de 1939 se declaró el fin de la guerra. Sesenta y siete años después, y en el año en que se cumple el setenta aniversario del comienzo de la Guerra Civil española, las víctimas de los crímenes contra el Derecho Internacional y de crímenes contra la Humanidad cometidos durante esa contienda, y durante la represión posterior del régimen franquista, siguen a la espera de una respuesta que reconozca sus derechos a conocer la verdad, a obtener justicia y a ser reparados por los daños sufridos.

El 18 de julio de 2005 Amnistía Internacional hizo público el informe España: Poner fin al silencio y a la injusticia. La deuda pendiente con las víctimas de la Guerra Civil y del régimen franquista. Se defiende en él que los crímenes contra la humanidad no pueden ser borrados por actos de perdón u olvido; que los derechos de las víctimas de abusos graves contra los derechos humanos deben reconocerse. Y que es necesario poner fin a la doble injusticia que se produce cuando un Estado que viola derechos humanos priva a determinadas víctimas o a sus familiares del derecho a conocer la verdad y a obtener justicia y una reparación, siquiera sea moral, del daño sufrido.

La Guerra Civil, a pesar de su dramatismo, es parte de nuestro patrimonio histórico colectivo. Debemos abordar la memoria de la Guerra Civil en Euskadi y recordar a todas aquellas personas que lucharon y sufrieron en defensa de la libertad y de la democracia, sin ningún tipo de complejos. No sólo con apoyos económicos, morales o de otro tipo, sino también con un mensaje directo: «Las víctimas de la Guerra Civil, olvidadas, desterradas, enterradas en el anonimato de fosas comunes, son nuestras víctimas, las de todo nuestro Pueblo».

Reabrir formalmente este reconocimiento es una deuda que tenemos con los familiares de aquellas personas que perdieron la vida, lo perdieron todo y quedaron, además, en el ostracismo de los perdedores. Se trata de ofrecer un trato de igualdad y una justicia histórica a los que, en silencio, han sufrido larga e intensamente una cruel e irremediable ausencia.

Debemos reconocer, con pesar, que durante la Transición política que siguió a la finalización de la Dictadura y el posterior establecimiento de un régimen democrático, no se llevaron a cabo medidas de carácter político, económico o cultural que supusieran un reconocimiento de la dramática realidad de los perdedores de la Guerra Civil, recuperando su memoria y evitando su olvido y manipulación interesada.

No hubo un verdadero reconocimiento político y social de la causa por la que lucharon que permitiera una re! paración del dolor y de las penalidades injustamente sufridas, con el fin de conseguir una dignificación ética, política y social de la situación personal de los represaliados y de sus familiares.

La llamada transición ejemplar se realizó sobre el ocultamiento de la represión ejercida por la dictadura franquista. La Memoria de las víctimas del franquismo constituía un factor incómodo y se les volvió a condenar al silencio y al olvido. De esta manera, la sociedad pensó que se enterraban las heridas de la Guerra Civil.

En realidad, ocultar la verdad sólo ha producido una sociedad a la que se le ha amputado parte de su Historia. La obligación de saldar esta deuda pendiente de la transición democrática con las víctimas del franquismo, y las ideas por las que lucharon y fueron perseguidos, es un deber moral que los poderes públicos y toda la sociedad debemos asumir para recuperar del olvido injusto al que se han visto relegadas durante muchos años. E, igualmente, difundir su conocimiento y vigencia en la sociedad actual, para poder conectar con lo mejor y más noble de nuestro pasado y afrontar con dignidad una página terrible de nuestra Historia, como base para una verdadera reconciliación.

Homenajes y Actos de recuperación de la Memoria Histórica constituyen un hito importante para lograr una efectiva reconciliación de todos los vascos con su pasado, de cara a un futuro de civilizada y pacífica convivencia en nuestro Pueblo.

El reconocimiento institucional pretende también afirmar la superioridad, desde un punto de vista ético y político, de los valores, principios y objetivos que inspiraban la causa republicana en el ámbito vasco. La lucha por la libertad, el respeto a los Derechos Humanos, la justicia social, y la pacífica convivencia entre ciudadanos que encarnó el Gobierno Vasco del Lendakari Aguirre constituye un patrimonio político y moral de todos los vascos, del cual las Instituciones vascas se consideran deudoras y, por consiguiente, obligadas a preservarlo con lealtad y fidelidad.

Fue tal nuestro deseo de conciliar a las nuevas generaciones para construir un País en paz y en libertad que, con el fin de no abrir heridas, corrimos un tupido velo sobre los años de plomo y de hambre que siguieron a nuestra guerra. Confundimos perdón con olvido. Fue bueno perdonar, pero fue un error pretender olvidar, porque la memoria del pasado debe iluminar el futuro.

Porque según reza un epitafio de una fosa en Teruel: «Si nos olvidáis será cuando verdaderamente moriremos». Y lo que tal vez es peor, si olvidamos las ideas por las que lucharon y fueron perseguidos, las ideas de libertad, de democracia, de justicia social y de progreso, estaremos borrando sus nombres de la Historia.

Por ello, he querido comprometerme públicamente a que no se olvide jamás en nuestro Pueblo Vasco a todas y cada una de las víctimas inocentes, con sus nombres y apellidos, que padecieron la barbarie criminal del totalitarismo franqui! sta. Ni mucho menos a que caiga en el olvido la causa por la que sufrieron y murieron, la causa de la libertad, de la democracia, de la justicia y de la humanidad. Es lo menos que podemos hacer.

Para finalizar, recordaré un suceso ciertamente dramático y especialmente emocionante y conmovedor que tuvo como protagonista a un humilde joven de Hernani. De esta manera quisiera rendir homenaje no sólo a los relevantes sacerdotes que he mencionado al comienzo o a personalidades de nuestro Pueblo tan ilustres como Raimundo de Gamboa, sino también a los cientos de personas apenas conocidas que deben permanecer en nuestro recuerdo para siempre.

Un recuerdo especial, por tanto, para Angel Tormes, joven nacionalista de Hernani, que mientras duró, al principio de la guerra, el bandolerismo rojo, como se decía entonces, se distinguió por su celo en defender a las derechas amenazadas y a las religiosas de Hernani. Se quedó en el pueblo a la llegada de las tropas! franquistas, a instancias de aquellas mismas derechas y de la! s monjas , que le aseguraban que ellos respondían de él y que nada debía temer del ejército salvador. En efecto, los del ejército de Franco le detuvieron y le condenaron a muerte con otros tres jóvenes, dos de los cuales estaban identificados como rojos.

Detenidos en el mismo local, el sacerdote Joaquín Bermejo fue llamado para que los confesara. Cuando accedió ante el grupo, Tormes le dijo: «Mire, tiene que confesar también a esos dos rojos, pues esta noche los he convertido yo». En efecto, así había sido. Todos se confesaron. Cuando Tormes fue conducido al lugar de la ejecución, observó que un requeté amigo suyo era el encargado de dar el tiro de gracia, se quitó una medalla que le colgaba del cuello y se la dio al requeté diciendo que se acordara de él durante su vida. Después hizo una confesión de fe católica, gritó un Gora Euzkadi askatuta y cayó muerto por la descarga.

Así murieron muchos de nuestros jóvenes, lo más granado de la Juventud Vasca. Y no serán olvidados.

7 de noviembre de 2006

Lidón, cinco años después

Joseba Azkarraga
Se cumplen cinco años desde aquel mal día de 7 de noviembre de 2001, cuando ETA asesinó al magistrado José María Lidon Corbi ante su mujer, Marisa, y su hijo Íñigo. Creo que es un acto de justicia mantener viva su memoria. Primero, porque así expresamos nuestra solidaridad con el dolor de sus allegados y segundo, porque decimos también que nunca será olvidado. El paso de los años mitigará el padecimiento, pero no erosionará nuestra memoria. Su asesinato y el de tantos otros en nuestro pueblo deberán ser tenidos siempre en cuenta para que jamás tanto horror pueda volver a repetirse.

Yo he contado a menudo que mi aproximación a la figura de José María Lidón se ha ido forjando a lo largo de estos años y, desgraciadamente, después de su asesinato. Personas que compartieron con él su pasión por el Derecho y su apuesta por una Justicia independiente me han permitido conocer la proyección de un jurista cabal que, además y sobre todo, fue una excelente persona.
El Gobierno vasco reconoció su trayectoria profesional cuando en el año 2002 le concedió el Premio de Justicia ´Manuel de Irujo´. Realmente, quien fue durante veinte años magistrado en la Audiencia de Bilbao y ese gran humanista que fue ministro de Justicia durante la II República vivieron momentos bien distintos. Pero ambos compartieron una cualidad poco común, como es la de creer que el Derecho debe estar al servicio de la Justicia. Y no de una Justicia encorsetada en manuales ni al servicio de intereses sino presente en su tiempo, que se ejerce sobre personas que viven en unos determinados momentos y circunstancias sociales y que contribuye a una buena salud cívica. En definitiva, una Justicia que sirva para solucionar problemas y no para enconarlos.

De ahí que sea útil recordar ahora lo que los propios compañeros de José María Lidón dijeron de él cuando destacaron que siempre había creído en el Derecho como un medio, junto con otros, de construir una c! omunidad; de reconocernos unos a otros y de compartir y vivir ! nuestra condición humana. Y la verdad es que dio pruebas sobradas de su compromiso con esta manera de entender y practicar la Justicia.

Desgraciadamente, él no puede disfrutar ahora del esperanzador momento que vivimos. No pretendo, por supuesto, interpretar lo que pudieran ser sus reflexiones sobre las expectativas abiertas para un final de la violencia y una solución al conflicto político vasco. Pero, en todo caso, sí quiero decir que no podrá haber una solución o, por lo menos no podrá calificarse de tal, si la Justicia no se convierte en la característica que la defina.

José María Lidón se sintió involucrado en los debates sociales que le tocó vivir. Participó, además, muy activamente en todos aquellos en los que creyó poder aportar una reflexión serena como, por ejemplo, los relacionados con la modificación del Código Penal, con la legislación antiterrorista o con la defensa de las penas alternativas a la prisión. Y son sólo unos ejemplos.

Desde un claro compromiso con principios democráticos, quiso ser parte de su sociedad y de su tiempo.Y jamás dio muestras de que ese compromiso afectara a su independencia o a su imparcialidad. Por ello, creo que se equivocan quienes se empeñan todavía hoy en observar a los jueces aplicando las normas al margen del momento y de las circunstancias sociales.

A veces, da la impresión de que existe cierta intolerancia a que, desde posiciones que quieren ser claras y honestas, se insista en pedir a los jueces que desarrollen su función con ausencia de prejuicios y, sobre todo, de prejuicios de carácter político. Porque son todos los tratados y declaraciones internacionales los que sistemáticamente aluden al derecho a un juez imparcial.

Y eso es lo que demostró ser José María Lidón. Los poderes públicos y los ciudadanos sabemos que los jueces no son infalibles, pero sí reclamamos de ellos que tomen sus decisiones con prudencia y desde una exquisita neutralidad política. Creo, precisamente, que así lo puso en práctica co n responsabilidad y equilibrio José María Lidón. Así contemplaba la justicia y la vida.

6 de noviembre de 2006

Encuentro de la militancia de EA Argentina

Con la presencia de una veintena de militantes, el alkartetxe de Eusko Alkartasuna de Argentina celebró, el pasado 4 de noviembre, en las afueras de la ciudad de Rosario, un encuentro plenario en el que se hizo una evaluación de lo realizado en el presente año y se perfilaron las principales líneas de acción para el próximo, entre las que se destaca el trabajo de cara a las próximas elecciones en Hego Euskal Herria.

A la vez que se han sumado nuevos afiliados, se decidió desarrollar el área de juventud del partido en nuestro país.

Entre los presentes había representantes de las provincias de Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, Buenos Aires y la homónima Ciudad Autónoma.

Al cierre de la jornada se llamó a redoblar los esfuerzos, “ante el importante desafío tomado por nuestro partido (en la CAV) de concurrir en solitario, con nuestras banderas ideológicas”, tal como afirmara el Secretario General del alkartetxe, César Arrondo.