El Correo.- Al nuevo líder de Eusko Alkartasuna, Pello Urizar, se le nota la frescura del político de base. Concejal en el Ayuntamiento de Mondragón, el congreso extraordinario celebrado por su partido este fin de semana en Vitoria le eligió ayer nuevo secretario general, en sustitución de Unai Ziarreta -quien dimitió tras las elecciones autonómicas por los malos resultados cosechados- y Koldo Amezketa, quien ha actuado de jefe de filas de modo interino hasta el cónclave recién terminado.
Urizar no elude las preguntas y responde de forma concisa. Su ideario resume la estrategia de EA: apuesta por la acumulación de fuerzas soberanistas desde el escrupuloso respeto a los derechos humanos. Por eso, considera imposible que se configure el polo independentista para otoño, ya que le «falta 'cocina'». No entiende que la izquierda abertzale se deje manejar por ETA y considera un avance para EA la marcha de los críticos de Alkarbide, a los que compara con Unidad Alavesa por su «nula» influencia fuera de Guipúzcoa.
-Menudo salto: de concejal de Mondragón a líder de EA.
-En el momento en que me plantearon presentar la candidatura, para mí fue un 'shock'. Éstas son decisiones de un grupo y a mí me tocará dar la cara, apoyado en un equipo.
-¿Le da vértigo el cargo?
-Sí, cuando me lo propusieron. Esa noche no dormí, pero con el tiempo se va asimilando. Ahora, tras el congreso, habrá que trabajar mucho.
-Unai Ziarreta duró quince meses.
-Fue consecuencia de una situación del partido en la que no se propusieron buenas soluciones a los problemas y que, de todas formas, ahora se han zanjado con la marcha de un grupo de gente a Alkarbide. Esperemos que a mí no me suceda.
-¿La salida del sector crítico le garantiza una menor contestación interna?
-No le tengo miedo a la contestación interna, porque forma parte de la vida del partido. Sin la presencia del sector liderado por Galdos, en el propio congreso se ha visto que la discusión interna se mantiene. La gente quiere aportar y la única diferencia con el grupo que se ha marchado es que las críticas y el trabajo lo hacen internamente y hay que aceptarlo. Lo no asumible es usar los medios de comunicación para lanzar las críticas al exterior.
Los reproches, en casa
-Entre las enmiendas había una a la totalidad que pedía recuperar la ponencia de 1986, el año en que se fundó EA.
-Los valores fundacionales han sido una estratagema que ha utilizado Galdos y su sector para justificar su marcha. Mientras las propuestas se hagan a nivel interno es un derecho de los afiliados, aunque decide la mayoría del partido.
-¿Cómo se toma que sus hasta ahora compañeros vayan a convertirse en sus adversarios?
-El momento elegido para adoptar la decisión de marcharse no es por razones ideológicas, sino coyunturales. Vieron que en el congreso no tenían posibilidades de sacar sus tesis adelante. En cualquier caso, en el día a día, aunque estábamos dentro de un mismo partido, la manera de funcionar demostraba que ya eran adversarios políticos. Lo que se ha hecho es aclarar la situación.
-¿Funcionaban de forma paralela?
-Una de las reflexiones que ha hecho la ejecutiva nacional saliente es que teníamos que fucionar de manera unidireccional. Cuando el sector de Galdos ha visto que podía perder el control de lo que tenía hasta ahora ha decidido marcharse.
-¿En la actualidad, cómo queda EA en Guipúzcoa?
-Soy optimista porque organizaciones locales afines a Galdos no se están terminando de mover. Realmente no hay bajas dentro de EA. En las últimas asambleas convocadas por la ejecutiva nacional para que los afiliados tuvieran la oportunidad de acudir al congreso se ha visto que hay gente que no está por la línea de irse a Alkarbide.
-¿Y la afección en el resto de territorios?
-Va a ser testimonial.
-Usted es concejal en Mondragón y no apoyó la moción ética contra ANV por no rechazar el asesinato del ex edil socialista Isaías Carrasco. ¿Cómo se entiende que alguien con responsabilidades municipales no condene el asesinato de un vecino?
-Yo lo entiendo mal. Una de las razones por las que no estamos en el gobierno municipal, aunque en el día a día podamos tener muchos puntos de encuentro, es que el tema de la violencia hay que superarlo. En cuanto a la moción de Carrasco, no votamos a favor porque había un acuerdo del Parlamento vasco sobre las formas de hacerlo y aquí se planteó de una forma totalmente diferente. Dijimos que se cumpliera aquella fórmula y cuando se nos dijo que no, nos abstuvimos, pero no votamos en contra.
-¿Cuáles van a ser sus primeras medidas al frente de EA?
-La militancia y los votantes de EA están pidiendo que se aclare el mensaje. De cara al exterior, el objetivo es el mismo que hace 23 años,: a través de la línea democrática, lograr el mayor acuerdo posible entre los abertzales para conseguir un Estado vasco independiente.
-¿La acumulación de fuerzas soberanistas?
-Siempre bajo la premisa de la defensa de los derechos humanos. En los últimos ocho o diez años hemos estado gobernando con el PNV, a sabiendas de que eso podía tener un desgaste político para EA. Pero en los mínimos, el Gobierno de Ibarretxe entraba y nosotros le apoyábamos. Cuando vimos que Urkullu ya se distanciaba y entraba en otras reflexiones, entendimos que no iba a tener nuestros apoyos.
-¿Se va a poder visualizar el polo soberanista en otoño?
-No. Este tipo de cosas requiere de un trabajo de cocina que no está hecho.
-¿Quiénes cree que pueden estar en ese bloque?
-Que el mundo de Batasuna vaya a estar o no dependerá de los pasos que dé. Internamente tienen una reflexión profunda, pero van a tener que llegar a unas conclusiones. Aralar también está en esa tesitura. Ahora está el conflicto de que la izquierda abertzale oficial (Batasuna) le niega la entrada al otro sector. Y nosotros creemos que estamos todos o no tiene posibilidad de que salga adelante. Dentro del propio PNV también hay sensibilidades que llevaron a su partido a Lizarra. Precisamente, por ese lado iban los planteamientos de Ibarretxe. Pero otros no están en esos postulados. Tiene que ser un conglomerado de abertzales, cuanto más grande mejor. Veremos si somos capaces de llegar a acuerdos mínimos.
Con armas, «no hay futuro»
-La izquierda abertzale oficial ha utilizado los resultados de las europeas para reivindicar el liderazgo de ese movimiento.
-La izquierda abertzale tiene claro que un movimiento de ese tipo no puede hacerlo en solitario. Tiene que ser la propia sociedad la que empuje. Hoy no hay ni un partido político que en solitario tenga la capacidad de mover a la sociedad en un sentido o en otro.
-¿Es preceptivo el rechazo de la violencia?
-No entendemos que las decisiones de ámbito político las tenga que definir ETA. Entraremos en ese trabajo cuando la decisión esté clara en ese sentido. Me da la sensación de que todavía no han llegado a la conclusión a que llegó el Sinn Fein de que a través de la vía armada no hay futuro.
-¿Podrá cuajar alguna coalición de cara a las próxima cita electoral?
-A partir de este otoño, todos los partidos abertzales van a tener que hacer su reflexión y en esa recolocación no sabemos qué acuerdos mínimos se van a poder dar. Pero es pronto para hablar de coaliciones.
-¿Qué futuro le augura a Alkarbide?
-Las siguientes elecciones, ya veremos en qué formato, las plantearán de la mano del PNV. Un partido que se autodenomina abertzale y que difícilmente va a tener una implantación seria en el conjunto de Euskal Herria, le queda la opción de funcionar como una especie de Unidad Alavesa.
-El PNV tendió la mano a los disconformes de EA rápidamente.
-No estoy escuchando muchas declaraciones de Egibar. De Urkullu y José Luis Bilbao, sí. Dentro del PNV, con sus propios problemas, lo curioso es que los vizcaínos sean los que tienden la mano a los guipuzcoanos.
Ver también entrevista en Noticias de Gipuzkoa
Ver también entrevista en Noticias de Gipuzkoa
La nueva ejecutiva
- Secretario General: Pello Urizar
- Organización: Mariano Alava, teniente de alcalde de Amurrio (Alava).
- Internacional: Sebastián Colio, concejal de Zizur Mayor (Navarra).
- Medio Ambiente: Irantzu Obieta, presidenta de EA de Barrika (Vizcaya).
- Política lingüística: Jon Aritz Bengoetxea, presidente de EA de Bilbao (Vizcaya)
- Economía y fiscal: Rafael Larreina ex parlamentario (Álava).
- Comunicación: Ikerne Badiola concejal de Zumarraga (Guipúzcoa).
- Institucional: Santiago Merino, gerente del club de golf Izki (Álava).
- Política social: Eva Aranguren, miembro de la ejecutiva de EA de Navarra.
- Régimen jurídico: Pedro Mari Oleta, cargo interno (Álava).