No hemos hecho ninguna declaración pública desde la noche electoral porque es obvio que, como partido estamos en una situación complicada. Por ello, esta valoración tardía de los resultados se debe a que estimamos que debemos actuar con prudencia. En primer lugar debemos felicitar al PNV por ser el partido más votado en estas elecciones volvemos a condenar una ilegalización que disfrazada de motivos éticos tenía un fin político innegable.
Para nosotros, las claves que explican este nefasto resultado electoral son principalmente tres:
Una situación interna insostenible.
Tras más de una década de total desencuentro entre dos facciones del partido, el diciembre del 2007 comenzamos un nuevo ciclo con una ejecutiva consensuada. Al menos eso quisimos creer algunos. Lo cierto es que las declaraciones en la prensa criticando decisiones internas o compañeros de partido se han multiplicado debilitando la organización desde sus cimientos. Esta misma semana volvemos a asistir a un nuevo espectáculo bochornoso en el cual declaraciones cruzadas no hacen sino azuzar el desánimo y generar desconfianza. Es lamentable que compañeros de partido mencionen el nombre de otros colegas en artículos de opinión, diciendo falsedades por cierto, y sean incapaces de llamar por teléfono, es decir, no tengan la hombría de dar la cara.
Estrategia valiente, pero tal vez precipitada
Valoramos y sopesamos la actitud del PNV de los últimos meses cuando, por ejemplo (y sólo por poner un ejemplo), abandonaron a su suerte la consulta planteada por el Lehendakari Ibarretxe. Ninguno de los contactos ni señales que se transmitían desde Sabin Etxea iban en ese sentido.
La pregunta era obvia, ¿Repetir coalición, para qué? ¿Con qué programa? En resumen, ¿Cuál era la aportación de EA a dicha coalición? Y lo que es más importante, ¿Cuál era la aportación de EA a este país?
Antes que miembros de Eusko Alkartasuna somos abertzales. No estamos en política para aferrarnos a un puesto. No estamos en política para salvar un partido, estamos en política porque defendemos nuestros ideales, con limpieza, convicción y sin complejos. Apostamos por la vía difícil y arriesgada. Pero, si la decisión hubiera sido tomada con el único fin de salvar al partido, os aseguro que esa sí hubiera sido una decisión equivocada. Arriesgamos y hemos perdido, arriesgamos y la sociedad no nos ha entendido. Pero hemos hecho lo que consideramos más correcto. No lo hemos hecho ni por ambición ni por codicia, lo hemos hecho por convicción ¿Qué sentido tendría la política sino?
Hablo de estrategia precipitada porque es cierto que la sociedad no ha entendido el paso que hemos querido dar el último año. Llevamos 8 años de coaliciones y casi 14 en el gobierno junto con el PNV. No nos arrepentimos de ello, hemos logrado muchas cosas buenas para el país, pero es obvio que no hemos sabido transmitirlo a la sociedad. Nos ha faltado tiempo, y seguramente una mejor estrategia.
En este sentido quiero hacer una mención especial a nuestro presidente Unai Ziarreta, quien tuvo la valentía de enfrentarse a un reto muy complicado. Unai consideró desde el principio que en política lo fácil no era siempre lo más conveniente, recogió el guante y ha defendido con tesón nuestras convicciones contra viento y marea. Ojalá hubiera en política más idealismo como el que él representa.
Polarización
En Europa se está llevando a cabo una polarización de la política, y Euskal Herria no es una excepción. El 80% de los votantes (incluyo el voto nulo) ha optado por las tres fuerzas políticas de mayor peso. Esa dinámica, a nuestro modo de ver, está poniendo en peligro la democracia, ya que el pluripartidismo implica “per se” un mayor control. Advertimos a una sociedad que se queja mucho de la clase política, pero que con su voto concentrado están votando a los de siempre para que hagan lo de siempre.
Además debo decir que vosotros, medios de comunicación, no habéis ayudado en este sentido, ya que a mi modo de ver habéis concedido excesiva relevancia a temas que francamente dudo que interesen a la sociedad, como nuestros conflictos internos, pero, sobre todo ha sido un machaqueo constante, a cualquier nivel, de fomentar y reflejar tan sólo ciertas realidades. Pero, que quede bien claro que no responsabilizo de ninguna manera a los medios de comunicación, sabíamos perfectamente a qué realidad nos enfrentábamos cuando se tomó la decisión el pasado 10 de noviembre.
Por todo ello hemos aceptado la responsabilidad del mal resultado. El presidente presentó la dimisión y el resto de la ejecutiva ha asumido la responsabilidad colectiva tal y como se decidió y comunicó el pasado lunes a la prensa. En este sentido quiero felicitar especialmente a Aralar, me parece de caballero hacerlo, quien siendo un partido pequeño y sin apenas infraestructura, ha podido abrirse un hueco en estas complicadas elecciones.
Por último, ¿Cuál es el futuro de EA?
Unos tienen que perder para que otros puedan ganar. Ahora nos ha tocado perder, pero no siempre va a ser así. Somos un partido con una militancia enorme, más de 6000 afiliados, más un centenar de juntas locales ... y ganas de seguir aportando a la sociedad.
El reconocimiento del derecho a la autodeterminación, la defensa de los derechos humanos, la justicia social, el principio de igualdad de oportunidades, el disfrute colectivo de los recursos sociales y la toma de decisiones responsable, nunca basadas en la demagogia ha sido, son y serán la referencia de nuestro partido. Estamos tan convencidos de ellas y estamos tan convencidos de que son las claves para el bienestar y felicidad de este país que no podemos irnos a casa y renunciar a defenderlas.
Eusko Alkartasuna debe seguir viva, debe superar este bache y afrontar el enorme reto que la sociedad vasca nos ha puesto por delante. Debemos actuar con prudencia y responsabilidad. Hago un llamamiento para que no se realicen escritos públicos sobre la situación interna, que, insisto, tanto daño nos han hecho los últimos años. Teléfono, mails y reuniones, es lo que nos toca a todos y todas para poder llegar a un nuevo congreso con partido renovado, una línea estratégica depurada y una nueva dirección que afronte este reto con firmeza y aplomo.
El futuro, pues, depende de nosotros, y sólo de nosotros, vamos a remar todos en el mismo sentido porque seguimos convencidos que este país nos necesita.
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