ALBERTO SURIO
Unai Ziarreta se acercó ayer a Gernika, multitudinario escenario de una jornada festiva. El secretario general de EA destaca que su partido no pretende ser el guardián de la ortodoxia nacionalista ante un diálogo político para la normalización. Pero precisa que «el consenso puede convertirse en una coartada para que el PSOE imponga sus tesis».
- EA se disponía hace pocos días a presentar un documento sobre el futuro marco político. ¿Cuándo lo va a hacer público?
- Hemos valorado que después del último documento del PNV no es conveniente que todos pongamos de forma precipitada propuestas encima de la mesa. Existen, por supuesto, una serie de reflexiones y estamos trabajando en un texto. Pero está en barbecho y ya valoraremos si lo hacemos público o no.
- ¿Y cuál es la reflexión?
- Gira en torno a métodos, tiempos, proceso de pacificación y de normalización. Estamos trasladando estas reflexiones a otros partidos y no es el momento de hacerlas públicas. También está pendiente que entre noviembre y diciembre se ponga en marcha el consejo político integrado por el lehendakari Ibarretxe, Joseba Azkarraga y Javier Madrazo con el objetivo de liderar ese proceso de normalización política.
- ¿Qué opinión le merece el último documento del PNV sobre final dialogado y normalización política?
- Las reflexiones siempre son positivas. Quizás en algunos momentos es algo ambiguo, se hace un poco en clave interna buscando la cohesión después de la propuesta de Imaz sobre la soberanía compartida. Vemos cosas positivas pero también otros aspectos que no nos gustan demasiado.
- ¿Por ejemplo?
- Algunas formaciones políticas están utilizando esa búsqueda de consensos más amplios que el del Estatuto de 1979 para hablar de respaldos increíbles del 80% o del 90%. A nosotros nos parece positivo cuanto mayor consenso haya, pero sin que eso implique nunca otorgar derechos de vetos a ninguna formación, ni al PSOE ni al PP. Cuando más consenso haya mejor, pero si el consenso no es posible, el juego de mayorías es democracia pura. En concreto, ahora que ha celebrado su congreso, el consenso puede convertirse en la coartada para que el PSOE imponga sus tesis.
- ¿Teme EA que el PNV pretenda negociar con el PSOE una rebaja del plan Ibarretxe?
- Este documento tiene una cierta ambigüedad. Pero más que un temor es un dato a tener en cuenta. Nos preocupa que bajo la fórmula de la búsqueda de consensos se lleguen a acuerdos por debajo de unos principios claros, que se fijan en el proyecto de nuevo estatuto, que son el derecho de decisión y el concepto de la territorialidad. Por debajo de eso va a ser muy difícil que EA pueda estar.
- ¿Esos asuntos son irrenunciables para sentarse a hablar?
- Son objetivos a negociar. Para nosotros son conceptos claves. Primero nos tenemos que poner de acuerdo sobre qué entiende cada cual cuando habla de los mismos, pero aquí hay una cosa clara, que es el derecho de decisión. Por eso me preocupa que el sector de Odón Elorza haya perdido sus enmiendas en el congreso del PSE.
- También ha dicho Patxi López que el PSE siempre respetará la decisión de la mayoría de los vascos...
- Me parecen unas declaraciones positivas y esperanzadoras, pero también es cierto que las enmiendas del sector de Elorza han sido rechazadas y se ha quedado fuera de la ejecutiva cuando creo que puede aportar muchísimo al socialismo vasco y más en este momento. Espero que sigan trabajando e influyendo.
- ¿El plan Ibarretxe no puede rebajarse?
- Vamos a hablar. Entendemos que no. Hoy por hoy es el que más consenso tiene.
«En EA no hay dos almas»
- ¿EA lo llevará a la mesa de partidos?
- EA ha tenido un papel en este proyecto y en su preparación. Hoy por hoy es el que más consenso tiene. A partir de ahí, mejor que mejor. Por debajo de eso, nosotros no estaremos.
- ¿Tiene aspectos irrenunciables?
- Las claves de su preámbulo. El reconocimiento de Euskal Herria como nación, como pueblo con su propia realidad histórica, con los siete territorios que la conforman. Y el derecho de decisión.
- ¿EA como guardián de las esencias?
- No. No me gusta dar la imagen de ser guardianes de la ortodoxia o de la fe. Nosotros sólo queremos claridad y coherencia. Lo nuestro no es ortodoxia ni pureza doctrinal. Lo que queremos es que las cosas sean claras y no esa ambigüedad tan característica del PNV, con sus dos almas políticas que siempre flotan, una autonomista y otra más folclórica independentista.
- ¿Pero no hay también dos almas en EA?
- No. El folclore nosotros lo tenemos totalmente apartado. Nuestro independentismo tiene mucho componente de ciudadanía, moderno y progresista.
- ¿Tanto les inquietan los mensajes de Imaz?
- No quiero centrarme en Imaz. Es cierto que vemos que el PNV, a partir de julio, está haciendo nuevos planteamientos de cara al futuro diferentes a los que venía manteniendo. Lo que no queremos es que se queden en el tintero cuestiones por las que venimos luchando desde nuestro nacimiento. A nosotros no nos interesa un estatuto con nuevas competencias, por supuesto que las queremos, pero buscamos un marco cualitativamente distinto. Aspiramos al reconocimiento del derecho de decisión. Ese es el pilar que deberá discutirse en un diálogo.
-Cuando desaparezca la violencia...
- Compartimos el deseo de que se produzca ya un cese inmediato de la violencia. Ahora, se corre el riesgo de interpretar que se exigen condiciones previas. Y eso no. Si los procesos de paz y de normalización son simultáneos también nos parece bien.
«El Foro de Debate Nacional no es ningún contrapoder»
- ¿La paz está cerca?
- Todos los agentes políticos coinciden en señalar que nos estamos aproximando. No queremos lanzar las campanas al vuelo ni ser simplistas. Sí se van dando pasos decididos hacia la paz, pero no queremos decir que estamos en situaciones irreversibles. Estamos más cerca de la paz que hace dos años. Éste va a ser un proceso largo, con dificultades, hay que generar una ola muy grande para que no vuelva hacia atrás. Ahí está también nuestro trabajo con Elkarri, con aportaciones con gente tan significada como Javier Caño, y en el Foro de Debate Nacional.
- Iñaki Galdos, presidente de EA de Gipuzkoa, cree que la estrategia de este foro cuestionaba el liderazgo de las instituciones...
- No es ningún contrapoder. El Foro no pretende ni quiere deslegitimar las instituciones.
- ¿Cree que la izquierda abertzale está flexibilizando posiciones?
- Sinceramente creo que sí, que está viniendo a nuestra histórica estrategia. Un caso elocuente es Aralar.
- ¿En un escenario sin violencia veremos una alianza entre EA y la izquierda abertzale, por ejemplo, de cara a las municipales?
- EA representa y quiere representar la socialdemocracia europea y moderna. Ese día habrá una reordenación de los espacios políticos. Habrá un espacio a la derecha del río, en el que estará el PNV, y un gran espacio de izquierda, moderno, sin extremismos, en el que EA tendrá un papel muy importante.
- ¿Con la izquierda abertzale?
- En esa fase habrán cambiando mucho los actuales conceptos. Izquierda abertzale somos nosotros, como dice un compañero de partido. porque somos abertzales y de izquierdas.
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