Ha pasado mucho tiempo desde el anuncio realizado por ETA aquel 22 de marzo, cuando por medio de un comunicado expresaba su determinación de iniciar una tregua de sus actividades militares, sin plazos y deslizando la posibilidad cierta de que la misma fuera definitiva.
El anuncio de ETA, fue un condimento importante para comenzar a construir un proceso de pacificación y normalización política, y tuvo gran calado en las formaciones políticas de Euskalherría, salvo como es de costumbre, en las consideraciones del Partido Popular y sus seguidores, los cuales, enmarcados en su intolerante actitud destructiva se opusieron desde un principio a formar parte de cualquier iniciativa con el fin de lograr resolver el conflicto vasco.
Las vacaciones han finalizado, y la sociedad vasca espera una respuesta a esta oportunidad de paz y normalización para Euskalherría. En este sentido, los agentes políticos y sociales vascos deben dejar de dar vueltas alrededor de la mesa y tomar asiento en la misma, para comenzar a sentar las bases del futuro de una Nación sin Estado, a la cual, no se le puede negar la posibilidad de ejercer el derecho a decidir.
El paso del tiempo desgasta la posibilidad antes planteada, y la sociedad observa la real posibilidad de que la ilusión de paso al pesimismo. En este sentido, poco ayudará un resurgir de la violencia, sea esta callejera, de ETA o del Estado español. Tampoco son positivas las apreciaciones del PSE cuando desliza la posibilidad de dialogar para la paz y la libertad, a partir de un estado actual de convivencia, como si en Euskalherría no hubiera un problema político de fondo, cuya naturaleza y resolución solamente será posible a través del diálogo político.
Más confusas, son aún las apreciaciones sobre el momento político del presidente del PNV cuando se iguala el tema vasco a la situación de otras regiones autónomas del Estado español, o cuando se refiere a “los mimbres necesarios” para iniciar el diálogo, sin dejar en claro temas tan importantes, como la posibilidad de avanzar hacia escenarios de mayor autodeterminación, o sobre la posibilidad de lograr la independencia de Euskalherría.
Es extremadamente urgente poner en funcionamiento la mesa de normalización en Euskalherría, más allá de los avances que tengan las negociaciones entre Madrid y ETA y como anunciara en estos días el Lehendakari Ibarretxe, todos deben sumar a un objetivo común, que es la normalización política. En este sentido, si los postulados y principios de Akotsak aportan a la resolución del contencioso vasco, bienvenidos, más allá, de que muchos políticos vascos, desautoricen a sus compañeras de partido que en ese espacio político militan, en favor del diálogo y la normalización del país.
Es urgente, comenzar a establecer un espacio de diálogo multilateral, sin exclusiones. Para que esto sea posible se debe derogar la ley de partidos políticos y legalizar a Batasuna. También se debe ampliar la posibilidad de incorporar al diálogo a los partidos políticos que así lo soliciten de Navarra e Iparralde. No es menor el problema de la actual política penitenciaria, a partir de la cual, no solamente se pone en practica la dispersión de los presos vascos, sino que también, se les duplican las penas a quienes finalizan sus condenas sin razón.
Han transcurrido seis meses desde el comienzo de un momento ilusionante para la mayoría de sociedad vasca. No quedan ya pretextos, hay un pueblo que está arropando esta posibilidad de vivir en paz y construir país. Las agendas políticas de todos los partidos vascos deben dar prioridad a un intimo clamor mayoritario del pueblo vasco, el cual sueña con ejercer su derecho a decidir: Ahora Normalización Política.
Prof. César Arrondo
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