Celebramos este primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, en un contexto internacional marcado por la grave crisis económica que atenaza a los países del llamado primer mundo y que empobrece aún más a los del tercer mundo, aumentando la desigualdad económica entre los pueblos y la injusticia social entre las personas.
Esta crisis ha sido originada por la voracidad especulativa consustancial al sistema capitalista, propiciada por una falta de regulación del mercado financiero y la generalización de comportamientos irresponsables que están acarreando graves consecuencias a la economía real y a las arcas públicas, y en definitiva, al bienestar general de la ciudadanía. El preocupante impacto de la crisis sobre el mercado laboral, el aumento del paro y de la precariedad, la disminución drástica de la actividad económica, evidencian con mayor claridad la necesidad de un cambio de modelo social y económico. En este sentido, la colaboración entre sindicatos y partidos políticos progresistas resulta apremiante y Eusko Alkartasuna manifiesta su compromiso en estrechar la colaboración con los representantes de los trabajadores y trabajadoras en dar respuesta para dar respuesta a la actual situación.
Cambio de modelo que debe abarcar el ámbito financiero, mediante su regulación, y si es preciso sanción penal de aquellas operaciones especulativas irresponsables; el ámbito político, mediante una actitud exigente y vigilante ante las actuaciones del mercado financiero, y un seguimiento y control público del destino final de las ingentes cantidades de recursos públicos prestadas a los bancos; el ámbito económico, mediante la apuesta por un cambio de modelo productivo y el impulso a la creación de empleo en sectores ajenos a aquellos que han originado la crisis económica; y por último, el ámbito social. Es en este ámbito en el que más esfuerzo deben hacer las administraciones públicas para paliar las graves situaciones de marginalidad y exclusión.
Ámbito social que en este 1 de mayo es precisamente el ámbito para la reivindicación de los derechos sociales y laborales, que son los pilares básicos de un sistema de bienestar y de toda democracia que aspire realmente a garantizar la igualdad y la prosperidad a su ciudadanía. Derechos que deben ser reconocidos como subjetivos, y por lo tanto, de obligado cumplimiento. Y es precisamente en el ámbito de la dependencia y los servicios sociales donde hoy existe, además, una mayor posibilidad de creación de empleo.
Las instituciones y sus representantes debemos estar al servicio del país. Es por ello que expresamos nuestra solidaridad a todas las personas y familias que atraviesan serias dificultades económicas y reiteramos nuestra exigencia de un marco propio de relaciones laborales para Euskal Herria y la transferencia de la competencia en materia de Seguridad Social para que la ciudadanía vasca pueda definir libremente su propio modelo laboral y de prestaciones y no estemos sometidos a las decisiones y a los pactos de Estado entre el PP y el PSOE en Madrid.
Euskal Herria es una realidad diferenciada, también en el ámbito de las relaciones laborales y de la representatividad sindical. Disponemos, asimismo, de instrumentos de autogobierno y soberanía fiscal que nos permiten diseñar y ajustar las políticas a las características y a las necesidades de este país. La traslación automática de los modelos y decisiones del Estado español, además de antinatural y poco democrático, supone una pérdida de oportunidades para adoptar las decisiones correctas en la gestión de la crisis, darle una salida más justa y social.
A día de hoy la mayoría de los debates y las decisiones políticas están derivando hacia una reducción de la cobertura y de las prestaciones sociales, así como a un nuevo cuestionamiento de las condiciones laborales en términos desfavorables para las personas trabajadoras. Sin embargo, nadie se cuestiona por ejemplo, la escasa presión fiscal que existen en Euskal Herria y el conjunto del Estado español.
Creemos que el problema se desenfoca intencionadamente: mientras se pone en jaque elementos fundamentales del Estado de Bienestar (la calidad de la sanidad y la educación públicas, la garantía de los servicios sociales, los derechos laborales, el derecho a un trabajo y a una vivienda dignos...), se evita un debate en profundidad en torno al modelo fiscal y se sigue apostando por macroproyectos vinculados al sector de la construcción.
Debemos asumir la premisa de que nunca resolveremos la situación que ha ocasionado la actual crisis económica si basamos las medidas para salir de ella en los mismos planteamientos neoliberales que la originaron. Por razones de justicia social, económicas y medioambientales, tenemos que apostar por un cambio de fondo hacia un modelo económico y social más justo y sostenible. Esta es, realmente, la única salida social posible a la crisis económica.
Fuente: Eusko Alkartasuna
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