El próximo sábado, a la hora 19, se presentará en la sede del Centro Vasco Zazpirak Bat de la ciudad de Rosario, el libro "Mikel Ezkerro. La historia de vida de un argentino de estirpe vasca", cuyas autoras son la licenciada Elsa Caula y Vanina Broda, integrantes del Centro Interdisciplinario de Estudios Vascos la Universidad Nacional de Rosario.
La obra, "constituye una minuciosa recopilación de entrevistas y
referencias a una de las personalidades más destacadas de la comunidad vasco argentina", según explicaron sus impulsores, y lleva un prólogo de Anjeles Iztueta Azkue, ex-Consejera de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco.
En diálogo con la audición PRESENCIA VASCA, que se emite desde la ciudad
de Paraná, el profesor Mikel Ezkerro adelantó algunos aspectos de la publicación, que recoge aspectos de la trayectoria del destacado investigador y conferencista, especialista en historia vasca.
"El lector se va a encontrar con una obra en la que hablo de muchos
aspectos de mi vida, como mi infancia en el País vasco, mis queridos padres , mi regreso a la Argentina y el contacto con la colectividad vasca hace ya más de 50 años" explicó Ezkerro.
Curiosamente, fue precisamente a su retorno a la Argentina, luego de
haber pasado su niñez en Bilbao, en que conoció a importantes personalidades de la vida vasca, que por entonces se encontraban el país. "De ellos aprendí, porque en la vida hay tener la humildad necesaria para alejarse de la gente soberbia, altanera, y escuchar a los que saben. Eso es lo que he tratado de hacer y lo vuelco en el libro" confió el homenajeado.
Ezkerro detalló que también están publicados una serie de artículos que
escribió en su tiempo para un mensuario vasco, Eusko Lurra, que se publicaron entre los años 1966 y 1975. "Los autores también incluyeron opiniones de algunos amigos, tanto del País Vasco como de la Argentina. Incluso, algunos de ellos, se refieren a mi cariñosamente en tono humorístico, lo cual viene muy bien para la obra" agregó.
Entre la alegría y el agradecimiento que le provoca la concreción de
esta iniciativa, a Ezkerro le queda sin embargo una espina clavada en el Corazón: "Mi única pena es que mi ama (madre), que falleció el 6 de junio a los 95 años, no haya podido leer el libro. Estaba muy ilusionada con verlo" reconoció.
-¿Cuales fueron las personas que más influyeron en su formación vasca?
- Son varias y cada una ha aportado la suya. En primer lugar nombraría a
quien fue mi mejor amigo en la Argentina, Don Pedro María de Irujo y Ollo, con el que me veía diariamente y marcó una huella indeleble en mi trabajo dentro de la labor vasca. Lo propio diría de su hermano, Andrés María de Irujo, uno de los cofundadores de la editorial vasca Ekin de Buenos Aires. Fueron además de las primeras personas de la comunidad vasca con las que entré en contacto, e inclusive, me facilitaban obras de su biblioteca particular. No puedo dejar de mencionar también a un hombre que se escudaba tras una apariencia en extremo humilde, José Luis
Azurmendi, un ejemplo de entrega a la causa vasca. Entre los argentinos rescato la huella que me dejó José María Garciarena. Por supuesto que son muchos más, pero cito solo las personas que ya no están físicamente con nosotros. En el libro no puedo menos que recordarlos, porque es humano el ser agradecido.
- A lo largo de tantos años recorriendo los centros vascos, serán muchas
las cosas la vivencias que atesora. ¿Qué remarcaría de esta experiencia?
- Tengo tanto para agradecer y rescatar ... Creo que los centros vascos
son la herramienta más idónea para la difusión de la cultura vasca en la República Argentina. El sueño de mi vida, utópicamente, es que en cada ciudad del país hubiera una euskal etxea (casa vasca), porque el sentimiento vasco del que tantas veces hemos hablado, es formidable en nuestro país. Lo que se trata es de canalizarlo, de encauzarlo para que esas inquietudes de tantos argentinos descendientes de vascos, se explayen. Que no se coarten esas inquietudes, sino que se las fomente. He recorrido muchos centros y en todos ellos he encontrado, en mayor o en menor medida, el sentimiento vasco. Lo que a veces hace falta, es que
en cada centro vasco, haya uno, dos o más personas que siembren ese conocimiento que necesitamos para apuntalar ese sentimiento. Necesitamos esas personas que tengan una preparación mínima cultural que les permita dirigirse a los argentinos que se acercan a los centros vascos. Eso es lo que yo he recibido de la gente de los centros vascos de todas las edades, desde personas casi centenarias, hasta chicas y chicos de 12, 13 o 14 años que integran los cuerpos de bailes. Siempre que voy a Paraná me lleváis a ver los ensayos, y mientras los jóvenes de Urrundik bailan,
yo pienso que esto es lo que nos va a asegurar la continuidad de lo vasco en la Argentina.
- ¿Cuál es la clave para la conservación del sentimiento vasco en la
Argentina?
- Lo poco que yo he podido hacer se puede multiplicar, y de hecho se
multiplica, cuando hay personas que sirven a la causa vasca con desinterés y sacrificio, quitándole tiempo a la jornada de trabajo y veces a las propias responsabilidades de tipo familiar. Hay mucha labor a desarrollar. Como bien dijera tantas veces el propio Barandiaran (José Miguel), ´hay que cultivar esas flores´. Esto lleva tiempo y esfuerzo; no es una cuestión de un día o una semana, es una labor silenciosa, a veces ingrata. A veces hay que superar escollos, pero me permito dirigir un mensaje a mis compatriotas, en especial los jóvenes: que sigan adelante, con humildad y generosidad, brindando al otro todo lo que se pueda. Sumando y multiplicando, en lugar de restar y dividir. Hay gente que vuela por lo bajo: nosotros debemos volar alto, como el cóndor, que busca las alturas con las alas bien abiertas, en libertad.
PRESENCIA VASCA
Radio Universidad 105.7 Mhz
Paraná - Entre Ríos
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