En los últimos días la política en Euskal Herría ha estado signada por la aplicación de la Ley Antiterrorista, fruto esta, del consenso entre el Partido Popular, y el Partido Socialista Obrero Español, a partir del año 2000.
Merece la importancia dejar en claro, que el objetivo de la misma, no es combatir el terrorismo, sino eliminar todo aquello que tenga relación con la cultura nacional vasca. En este sentido, el cierre del periódico Egin, el enjuiciamiento de autoridades del Parlamento Vasco y de miembros de la cultura, como así también, la ilegalización de partidos políticos, constituyen un acabado ejemplo, de que la aplicación de ley ha afectado a la totalidad de la sociedad vasca.
En estos días, la Audiencia Nacional, brazo ejecutor de la norma, ha convocado a declarar a políticos, funcionarios, militantes y empresarios, bajo acusaciones de colaborar con banda armada. No es casualidad que estas detenciones e indagatorias se lleven a cabo en este momento, cuando la posibilidad de iniciar un camino hacia la resolución del conflicto es eminente.
La sociedad vasca tiene en claro cual es su objetivo y no se debe caer en la provocación, si bien resulta molesto y denigrante que una institución judicial que proviene del franquismo, se convierta en talón de Aquiles de la búsqueda de una solución para los vascos. En este sentido, el gobierno español debería tomar nota de la realidad y actuar en consecuencia. Mientras tanto, sería una buena estrategia para los vascos en su conjunto, que a las agresiones y violaciones de las libertades de las personas e instituciones, cuyo único fin, es crear un clima desfavorable para desarrollar el diálogo, se le responda solamente, con la pronta constitución de una mesa de partidos, para comenzar así a recorrer un camino que conduzca al conjunto de la soledad vasca, a imaginar y proyectar, un futuro de paz y libertad.
Prof. César Arrondo
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