A partir de los anuncios de ETA en marzo del 2006, comienza un proceso ilusionante en Euskalherría para lograr la tan ansiada la paz y normalización política. Desde unos 12.000 kilómetros, nosotros los vascos de la diáspora podemos analizar objetivamente el conflicto vasco. En este sentido, entendemos que nosotros los vascos del octavo Herrialde, somos parte del conflicto y podríamos humildemente aportar a la solución del mismo.
Nuestro rol mínimo debe ser esclarecedor. En este sentido, tanto a la sociedad argentina, cómo para el colectivo vasco argentino debemos informarlos sobre el conflicto vasco, como así también, dar opinión sobre el origen del conflicto y las posibles vías de solución. Todos tenemos la ilusión de que el Alto el Fuego sea definitivo, y debemos reconocer que ha sido un gran paso dado por ETA, de cara a la resolución del conflicto.
Ahora el balón está en el tejado de los Estados español y francés, los cuales deberán dar pasos en la misma dirección que ETA. Entendemos que primero se debe reconocer la naturaleza política del conflicto vasco, como así también, dejar en claro que su resolución sólo será posible por las vías del diálogo entre todos, sin exclusiones.
Estamos convencidos que se deberá formar una mesa donde ETA resuelva sus temas con Madrid y París, y una segunda mesa, la cual debe constituirse en Euskal Herría, para comenzar a evaluar acuerdos mínimos, donde se respete la territorialidad, el derecho a la autodeterminación, y el derecho a decidir del Pueblo Vasco, para lo cual, en algún momento se deberá convocar a un plebiscito, y respetar su resultado, sea cual fuere. En este sentido, entendemos que la diáspora, al menos, la organizada a través de las Euskal Etxeas, deben poder ejercer su derecho a participar en el plebiscito antes mencionado.
Queremos dejar en claro, que nuestra máxima aspiración sería que Euskal Herría fuera un Estado Independiente. Pero si para ello, hay que dar pasos intermedios también lo aceptaríamos, como así también, si la sociedad vasca a través de su voto, determina que al menos hoy no pretende mayor autodeterminación.
Desde la diáspora, queremos seguir aportando para conseguir la paz y a la normalización política, con el propósito de que en el futuro en Euskalherría se pueda vivir en paz, sin prohibiciones, sin persecuciones, sin violencia, sin presos, sin tortura, donde el diálogo sea el vehículo para la búsqueda de consensos para cristalizar los objetivos nacionales.
Por nuestro compromiso con nuestros antepasados, como así también con nuestra historia, y los imprescriptibles valores y principios de la Nación Vasca, nos comprometemos a redoblar nuestros esfuerzos en la esta digna tarea, que es aportar entre todos desde la diáspora, a la construcción nacional de Euskalherría.
Córdoba, 27 de octubre de 2006-
José Domingo Ormaetxea (Militante del PNV)
César Arrondo (Militante de EA )
Santiago Bereciartua (Militante de la Izquierda Vasca)
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