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4 de diciembre de 2006
EL EUSKERA: IDENTIDAD CULTURAL DEL PUEBLO VASCO
Fabio Javier Echarri
El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Euskera, el idioma milenario del pueblo vasco, que se celebra en homenaje a San Francisco Javier. Pasó por muchas vicisitudes a lo largo de la historia: pretendieron borrarlo del mapa los reyes castellanos conquistadores y dictaduras asesinas como la de Franco. Hoy se yergue con una fuerza nueva, aportando el sentido identitario más importante de los vascos.
La lengua más antigua de Europa
La lengua de los vascos es el euskera: un idioma no emparentado con otro conocido y sin relación con las familias lingüísticas de Europa, las indoeuropeas – germánicas, latinas, eslavas, etc.), y urálicas (húngaro, letonio, finés, lapón, etc.). Esto no quiere decir que haya permanecido al margen de ciertos contactos, por lo cual sí se han producido a través del tiempo algunos intercambios gramaticales que enriquecieron y alteraron su vida interna y social.
Ya en la época romana aparecen nombres de personas y divinidades en inscripciones funerarias que fueron halladas en territorio de Aquitania.– actual Francia - en el siglo III a C, y que representan los testimonios más antiguos del euskera. Sin embargo, el territorio en el que se hablaba ha variado con el tiempo en razón de los contactos del vasco con otros pueblos y los desplazamientos de las tribus. Se constata por ejemplo, que en los siglos previos a la ocupación romana ha sufrido un retroceso hacia las zonas agrestes y montañosas.
Pero cabe una pregunta: ¿cuál es el origen del euskera? Los avances en la lingüística han permitido encontrar parentescos de lenguas ya desaparecidas y trazar mapas de los desplazamientos. Sin embargo, en ellos el idioma de los vascos permanece sin genealogía definida ni relación probada. Dos principales líneas de estudio se trazaron sobre su origen: el vasco-iberismo y el vasco-caucásico. En el primer caso, se sostiene un posible parentesco con el antiguo íbero que desapareció con la conquista romana, pero esta teoría ha sido criticada por lingüistas de renombre como Caro Baroja, Mitxelena o Tovar. La segunda línea sigue la hipótesis de una relación entre el euskera y lenguas del Cáucaso, con las que se han encontrado interesantes parecidos. Sin embargo la relación no está probada fehacientemente y los resultados de los estudios han sido también cuestionados. Consecuentemente debe concluirse que el origen genético del euskera es algo que aun resta por demostrar.
En la Alta Edad Media – siglos IV y V d.c. -, los vascos se fueron consolidando y ganando territorios a través de la repoblación pacífica o la lucha armada, y establecieron instituciones y entidades políticas, como el Ducado de Vasconia en Aquitania o el Reino de Pamplona, que se mantuvieron a pesar del ataque de godos y francos. La política de paz que se había mantenido con Roma fue reemplazada por incursiones guerreras contra los pueblos circundantes, que produjo una coyuntura favorable para el euskera. A esto debe sumarse el fenómeno de la ruralización y debilitamiento de las ciudades donde había ganado espacio el latín, por lo que el bilingüismo, según Intxausti, “quedó interrumpido por un cúmulo de dificultades insuperables”.
Ya en la Baja Edad Media – siglos XII al XV – se formaron los Territorios Históricos con sus fueros e instituciones, y se configuraron las villas pobladas con gente autóctona. Sin embargo, y a pesar de su crecimiento en habitantes, la lengua vasca no consiguió desplazar al latín de la vida oficial, al menos en la parte escrita. La antigua “lingua vasconum”, utilizada en la vida cotidiana y por la gente común, se resignó al uso oral.
Durante la Edad Moderna nació la tradición escrita y la Literatura Vasca, aparecieron círculos euskeristas de carácter militante y promotores de la lengua – la Escuela de Donibane Sara, el entorno de Leizarraga, el círculo de Larramendi -, y se multiplicaron las apologías de defensa del euskera. Sin embargo, no lograron darle a la lengua vasca el status social decisivo y quedó relegada a un espacio geográfico similar a la Euskalerría actual.
En la Edad Contemporánea hubo grandes cambios en la estructura económica, social, cultural y política del País Vasco, que llevaron a alteraciones de importancia tanto a la geografía del euskera como a sus hablantes. A este proceso de “pérdida de la lengua”, la sociedad vasca se enfrentó con esforzadas acciones, denunciando ataques o reforzando la conciencia idiomática, pero ha carecido en esta época de los resortes políticos adecuados. Sin embargo Intxausti afirma que “la sociedad vasca ha afianzado su estima de este patrimonio, como puede apreciarse en tantas manifestaciones en su defensa, financiando con frecuencia de su bolsillo los esfuerzos para reforzar la vida social de la lengua”.
Desde el siglo XIX hasta la actualidad la militancia a favor del euskera ha sido constante, lo que nos permite decir que si bien en la entrada de la edad contemporánea la mayor parte de las zonas vascófonas no eran bilingües, hoy, la acción política – cultural implementada desde el estado permite augurar un futuro promisorio para la milenaria lengua de los vascos.
Características del euskera
El euskera adoptó el alfabeto latino a partir del siglo XVI cuando comenzó a desarrollarse como lengua escrita. Por lo tanto, posee cinco vocales A, E, I, O, U que suenan como en castellano; y las siguientes consonantes: B, D, F, G (gue), H (muda) J (yota), K, L, M, N, Ñ, P, R, S, T, X (isha), Z. Tiene además los siguientes dígrafos: DD (de bikoitza), RR, TT (te bikoitza), TS (te ese), TX (te ixa), TZ (te zeta). No posee acentos, puesto que las palabras no tienen una acentuación fija.
Algunas de sus características diferenciadoras con el castellano, son por ejemplo, que no existe la letra ‘c’ (se utiliza la ‘k’), la ‘v’ (se escribe con ‘b’), ni la ‘ch’, que es reemplazada en su pronunciación por la ‘tx’. Así, en euskera, un apellido como Etxazarreta, se pronuncia Echazarreta. Es una lengua aglutinante y presenta un sistema verbal sumamente complejo con inclusión de personas y número de los complementos directo e indirecto en la flexión verbal, y tiene una sintaxis sencilla.
Como ejemplo de esta milenaria y distintiva lengua, vale un texto conocido por todos, que es el Padre Nuestro.
Gure Aita, zeruetan zarena:
santu izan bedi zure izena,
etor bedi zure erreinua,
egin bedi zure nahia,
zeruan bezala lurrean ere.
Emaiguzu gaur
egun hontako ogia;
barkatu gure zorrak,
guk ere gure zordunei
barkatzen diegun ezkero;
eta ez gu tentaldira eraman,
baina atera gaitzazu gaitzetik.
Vale decir que además de ser la lengua oficial en Euskadi – País Vasco – y Navarra, se habla y estudia euskera en países donde existen centros vascos: Francia, Italia, Alemania, Rusia, Estados Unidos, México, Venezuela, Chile, Australia, Uruguay y Argentina entre otros.
Como toda lengua para el pueblo que la habla, el euskera es un símbolo de identidad para el vasco. Muchos aun recuerdan cuando durante la dictadura franquista en la península ibérica se exhibían carteles que decían: ‘Prohibido escupir y hablar en vasco’, y no consideraban de ‘buen cristiano’ no hacerlo en castellano. Pero lejos estuvieron de erradicarlo: se levantó de las cenizas con la misma fuerza que lo hizo después del bombardeo nazi fascista, el pueblo de Gernika.
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