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15 de diciembre de 2006

Entrevista a Carlos Garaikoetxea


PRESENCIA VASCA.- En viaje fugaz en la Argentina por motivos familiares, el Lehendakari Carlos Garaikoetxea se hizo sin embargo de un tiempo para participar del programa radial “Presencia Vasca”, que emite semanalmente desde LRI 365 Radio Universidad, la emisora de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Paraná.

Y como no podía ser de otro modo en un político de raza, mantuvo un extenso y amable diálogo sobre la actualidad vasca y el proceso de paz en curso, en una entrevista exclusiva emitida por la audición el pasado domingo.

El que fuera elegido presidente del gobierno vasco en 1980 y en 1984 reconoció que se está en presencia de “proceso complicado, porque de lo que se trata es de enderezar un contencioso secular y acabar con el accionar violento”.

Sin embargo, Garaikoetxea consideró que “ETA y el gobierno están mostrando gestos que quizás exageren las dificultades existentes”, pero que ello está previsto “en la hoja de ruta establecida para el propio proceso”.

Más preocupante es -a juicio del entrevistado- el riesgo “de que se produzca algún tipo de disidencia dentro del mundo de ETA, o que el Partido Socialista ceda ante las presiones de la derecha española que trata de sabotear el proceso”.

Reclamó al Partido Nacionalista Vasco (PNV) “más garra a la hora de exigir al gobierno español que de sus pasos” y consideró que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero debió haber hecho ya gestos concretos en materia de política penitenciaria.

Pese a todas las dificultades, Garaikoetxea está convencido de que el proceso es irreversible: “El ciclo de la violencia ha terminado. La actitud mayoritaria de la sociedad así lo exige” confió el fundador de Eusko Alkartasuna (EA) y ex parlamentario europeo.



- ¿Qué es lo que está faltando para que el proceso abierto avance?

- Que las partes flexibilicen sus actitudes. ETA debe dejar de emplear términos que quizás están encaminados a dar satisfacción a sus sectores más intransigentes, pero que no ayudan a que las cosas progresen. Y que cesen expresiones de violencia, como el robo de armas en Francia o la kale borroka.

El gobierno socialista debe jugar sus cartas con más decisión, porque me de la impresión que se está especulando con que todo se reduzca a un proceso de paz por presos. En mi opinión personal, el gobierno de Zapatero debió haber hecho ya gestos de humanización del conflicto. Me refiero a la política penitenciaria, en la que se acabe con la dispersión y alejamiento de los presos de su entorno familiar y social. Esto implica un castigo añadido -ya no a los propios detenidos- sino a los familiares que no tienen ninguna culpa y tienen que realizar costosos viajes. Este es un gesto recomendado por la propia legislación, lo que lleva al escepticismo a los sectores especialmente más radicales del mundo de ETA, que desconfían y presionan con escaramuzas de baja intensidad.



- ¿Cuáles el margen de maniobra que tiene Zapatero respecto al conflicto vasco?

- Zapatero ha puesto unos márgenes que son los que la propia Constitución española permite. Esto en teoría tiene cierta lógica, aunque la misma se quiebra cuando se recuerda que la sociedad vasca no aprobó en su día la Constitución por considerar que no respetaba los derechos del pueblo vasco. Una reforma de la Constitución sería imprescindible para acabar con lo más profundo de este conflicto, del cual ha sido una especie de expresión patológica la violencia de ETA.

- ¿Cómo valora el accionar de la justicia, que en los últimos días ha producido algunas decisiones que han causado gran polémica?

- El gobierno está siendo presionado por la derecha española para que no haga un solo gesto que implique una distensión que facilite el proceso. Y en este sentido está actuando un elemento, el más perturbador en estos momentos, que es el Poder Judicial, en el que se hayan incluidos los sectores más reaccionarios, provenientes en muchos casos de la ideología de la dictadura franquista. Están tratando de poner piedras en el camino, cambiando incluso la jurisprudencia para castigar con más severidad en este momento delicado a presos de ETA, o negando ahora beneficios penitenciarios que ya fueron otorgados en su día. Las leyes penales no se pueden aplicar con retraoactividad como ha intentado la derecha española. El sector reaccionario de la judicatura está lanzando verdaderos mísiles a la línea de flotación de este proceso, provocando la reacción de sectores de ETA.



- ¿Cómo ve el rol de los partidos, y en particular, del PNV?

- El PNV tiene un rol importante porque es el partido más antiguo y con mayor raigambre social. Pero nos diferenciamos, de un PNV al que quisiéramos con más garra a la hora de exigir al gobierno español que de sus pasos. Es muy crítico con Batasuna y con ETA, y nosotros también lo somos en la medida en que no cesan todas las actividades violentas. Pero también hay que serlo con el gobierno español, que no está a la altura de lo que exige el proceso. Desde mi partido, Eusko Alkartasuna estamos siendo críticos con las dos partes.

Zapatero no está haciendo nada presionado por el Partido Popular (PP) que está en una actitud absolutamente obstruccionista y jugando de una manera impúdica para obtener réditos electorales en su cerrazón y mensaje demagógico, denunciando una actitud claudicante de Zapatero, que no es tal.



- ¿Y Batasuna?

- Se enfrenta a lo que suele ser uno de los riesgos principales en estos procesos: que surja una disidencia interna. Hay que reconocer que no resulta fácil que exista unanimidad a la hora de dar un paso histórico como el de abandonar una estrategia violenta, especialmente si no encuentra respuestas correlativas en el gobierno español. Pero Batasuna tiene que ser valiente y jugar con bases políticas, pensando que una mayoría social y electoral que compartimos los partidos nacionales vascos, puede ser la mejor de las estrategias en términos civiles y democráticos. Mientras no interiorice con claridad eso, se estará equivocando. Tengo la esperanza de que pueda concurrir electoralmente, que el gobierno y la judicatura no impidan la participación de Batasuna a las elecciones.



- Haciendo una mirada retrospectiva: ¿Qué cosas quedan en el tintero de Carlos Garaikoetxea?

- Muchas. Pero en torno a este proceso de paz, no puedo dejar de olvidar que allá por el año 1983, todavía en mi primer gobierno, tuve una iniciativa para un proceso de paz que centró grandes esperanzas en nuestra sociedad. Obtuve la conformidad del Partido Socialista de Felipe González y del mundo de la entonces Herri Batasuna, brazo político de ETA. Teníamos la mesa de negociación dispuesta. Se hubiera podido negociar con menos presiones de la derecha, con más contenidos políticos para la propia ETA y Batasuna. Sin embargo, el sabotaje provino de la propia ETA, que desmanteló aquella mesa con un atentado brutal que acabó con la vida de varios trabajadores. Yo pienso en cuantos sufrimientos se habrían ahorrado en estos años, cuantos logros políticos que quizás hoy no sean tan sencillos de obtener, se habrían logrado en aquella negociación. La vida enseña, y esas experiencias, como las negociaciones de Argel, la tregua de 1998 -en la que intervenimos tan activamente y que fuimos linchados políticamente por los partidos españoles por haberlo intentado- son experiencias que enseñan a todos. De ese aprendizaje puede surgir la esperanza de que la negociación entre ETA y el gobierno español llegue a buen puerto. El pueblo vasco, probablemente el más viejo de Europa, tiene derecho a seguir siéndolo.



- Sabemos que mantiene contacto con miembros de la Diáspora vasca. ¿Cuál es su valoración sobre este colectivo?

- Resulta estimulante para nosotros que gente que se encuentra a tanta distancia siga activamente y con pasión este proceso, en definitiva la situación de nuestro país. Correspondemos a esa ejemplar identificación con el país de sus ancestros, estando siempre pendientes, porque deben tener allí una referencia, pero también una correspondencia a sus problemas. Para nosotros en Euskadi, es un ejemplo esta Diáspora de fidelidad a las raíces. Envío desde aquí un mensaje de gratitud, de estímulo y esperanza para todas y todos ellos.

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