Patxi Zabaleta, Coordinador general de Aralar, acumula campañas electorales a ritmo casi anual desde 1979, cuando llegó a teniente de alcalde en Iruñea. Después de HB llegaron EH, Aralar, Nafarroa Bai y, ahora, Amaiur. Estas tres décadas largas le otorgan perspectiva suficiente para asegurar que la nueva coalición es la unidad abertzale más fuerte conocida y apostar porque Amaiur sea segunda fuerza en Nafarroa. Cree que tendría consecuencias profundas en un contexto general en que «las puertas ya se están abriendo».
Ramón SOLA | IRUÑEA (GARA)
Hay coincidencia en que el cese de la lucha armada de ETA ha abierto un tiempo nuevo y que, por tanto, esta campaña es especial. ¿Eso se puede traducir en un vuelco electoral importante esta vez?
Amaiur es la agrupación de fuerzas políticas más importante conformada hasta ahora en el sector abertzale y supone por tanto un paso adelante. Se han dado ya las condiciones y las bases para que esto sea posible. Eso es lo especial de esta campaña. Es un avance, y eso se va a reflejar en los resultados en los cuatro territorios.
¿Se está sintiendo cómodo Aralar en Amaiur? Viene además de una experiencia convulsa como Nafarroa Bai...
Bueno, a nivel de funcionamiento el de Nafarroa Bai ha sido y sigue siendo correcto. Estamos trabajando en el Parlamen- to navarro y en otras instituciones de manera laboriosa y compenetrada, con una política de izquierda. Por ejemplo, la reinstauración del Impuesto de Patrimonio que se debate ahora es algo que hemos defendido siempre como NaBai y como Aralar, aunque en su día nos supusiera la expulsión de la Diputación de Araba y ahora el PNV esté a favor. Las convulsiones de NaBai han sido más en la prensa que en la práctica política.
No obstante, Amaiur lo supera, es una progresión respecto a Nafarroa Bai partiendo del principio de la unidad de fuerzas y de la hegemonía de una política de izquierda. Responde a dos hechos fundamentales. Por un lado, estamos en el umbral de una situación de paz, y esto es algo cualitativamente diferente aunque algunos aún se nieguen a aceptarlo y otros a valorarlo. Y por otro lado está la situación de crisis, a la que hay que dar respuestas profundas y no sólo retóricas. Y en este aspecto Amaiur va a ser fundamental.
¿Cómo se defiende el derecho a decidir en un ámbito como el Congreso, en el que PP y PSOE tienen tanta mayoría?
En la política, como en otros órdenes de la vida, la práctica es la que se impone. El derecho a decidir se defiende ejerciéndolo. Somos un pueblo en la que medida en que actuamos como un pueblo. Si el resultado de Amaiur es potente y es la demostración de que la ciudadanía va dando pasos, ése es el camino fundamental para defen- der el derecho a decidir.
Las encuestas nos dan en Nafarroa un avance absolutamente nítido. Hay que tener en cuenta que allá por 1980, cuando empezábamos en la política, las fuerzas políticas abertzales eran marginales. En 1979 y 1977 había tres diputados de la derecha y dos del PSOE, y ahora no va a ser así. Luchamos por el segundo puesto, y ahí andaremos.
¿Qué efectos tendrá en la política navarra que Amaiur logre representación en el Congreso?
Si Amaiur es la segunda fuerza política en Navarra, tenemos que poner sobre el tapete la necesidad de que eso tenga un reflejo en las estructuras del Gobierno de Navarra, entre otras razones porque un PSOE relegado a tercera fuerza no puede ser el que le dé la mayoría a UPN.
¿Cómo se traduce eso? ¿Es un emplazamiento al PSN?
No, es una constatación. Si eso ocurre, ya nada va a ser igual. En ese caso, tendríamos que hacer valer frente al PSN que los abertzales somos la segunda fuerza, a partir del mismo día 21. Por eso es excepcionalmente importante ser segundos. En el Parlamento navarro, los abertzales ya somos quince [ocho de NaBai y siete de Bildu] frente a los nueve que tiene el PSN, y ésa es la suma que tenemos que hacer valer. Por eso es tan importante que Amaiur sea segunda fuerza política también en estas elecciones.
Con la decisión de ETA y la fuerza que puede aportar Amaiur, ¿es el momento de plantear ya una ofensiva en torno al estatus de Nafarroa?
Eso va a venir como consecuencia de la representación de cada uno. El derecho a decidir se hace haciendo. La práctica es lo que posibilita los emplazamientos. El hecho de que por primera vez una fuerza abertzale como Amaiur esté en disposición de poder quitar, en unas elecciones generales, la segunda fuerza a una de las formaciones estatales obligaría a una modificación en las estructuras. Y más aún cuando el Gobierno de Barcina está fracasando en todos los aspectos. Empezando por la lucha contra el fraude, porque ellos son los que están involucrados en escándalos como los sobresueldos, que son los que crean alarma social. Y podíamos seguir hablando del fracaso en la lucha por el empleo, en las políticas sociales...
¿Cree entonces que éste va a ser, al fin, el momento en que UPN tenga un desgaste?
Lo tendrá en la medida en que Amaiur avance, ésa es la condición. Tenemos la obligación de buscar que el Gobierno de UPN-PP sea sustituido. Y frente a ese desafío, ellos van a venir con la amenaza de nuevas elecciones, pero eso a nosotros nos vendría muy bien. Si Amaiur es la segunda fuerza en estas elecciones, disputaría la primera fuerza en esos comicios. Desde que Pepiño Blanco anunció que el presidente del Gobierno navarro iba a ser Miguel Sanz -porque hay que recordar que eso lo anunció Blanco-, el responsable de toda esta evolución es el PSN.
¿Cómo valora que el PSOE ni siquiera haya iniciado la gestión de ese nuevo tiempo tras el cese definitivo de la lucha armada?
Lo veo comprensible en cierta medida. La debilidad del Gobierno Zapatero es tan extrema que no hubiera tenido opción alguna de realizar avances. Aunque parezca una paradoja, es mejor que tras la Conferencia de Donostia y la decisión de ETA haya dejado las cosas como están.
¿Cómo debe actuar Amaiur ante el PP? ¿Están abocados a la confrontación o cabe tender la mano para facilitarle algo?
Hay que jugar con los tiempos. En cuanto coja la presidencia del Gobierno, la primera actitud de Rajoy va a ser muy parecida a la que tuvo su mano derecha [Dolores de Cospedal] cuando accedió al Gobierno de Castilla La Mancha. A los ocho días de coger el gobierno, van a decir que el descalabro económico es mucho mayor de lo que reconocía el anterior gobierno. Con ello, por un lado van a hacer una descalificación brutal al PSOE en un momento en el que no les podrá ni contestar, y, por otro lado, ganará tiempo.
Frente a eso, Amaiur debe adoptar una postura de confrontación. Los recortes sociales no son la fórmula de contestar a esta situación, y tampoco lo es el deterioro de los derechos laborales, y la prueba es que las medidas aprobadas en este sentido con apoyo de CiU o del PNV o incluso de UPN no ha traído solución alguna. Amaiur tiene que mostrar ahí que su perspectiva es diferente a la que han sostenido todos éstos y que nos ha abocado a lo que nos ha abocado. Eso llevará tres o seis meses, no serán años. Hará falta ese tiempo para que el PP comience una nueva gestión. Influirá también la personalidad de los miembros del Gobierno de Rajoy, que sin duda será diferente a la de los del de Aznar.
Entonces, ¿es cuestión de tiempo que la decisión de ETA abra puertas?
Ya está abriendo absolutamente todas las puertas. Y el plazo no va a ser largo, sino aceleradamente rápido. Pero en la primera semana de Gobierno del PP no podemos esperar una respuesta que no sea el escapismo. Va a buscar tiempo, y tiene una excusa perfecta en la situación de desasosiego económico.
Amaiur es la agrupación de fuerzas políticas más importante conformada hasta ahora en el sector abertzale y supone por tanto un paso adelante. Se han dado ya las condiciones y las bases para que esto sea posible. Eso es lo especial de esta campaña. Es un avance, y eso se va a reflejar en los resultados en los cuatro territorios.
¿Se está sintiendo cómodo Aralar en Amaiur? Viene además de una experiencia convulsa como Nafarroa Bai...
Bueno, a nivel de funcionamiento el de Nafarroa Bai ha sido y sigue siendo correcto. Estamos trabajando en el Parlamen- to navarro y en otras instituciones de manera laboriosa y compenetrada, con una política de izquierda. Por ejemplo, la reinstauración del Impuesto de Patrimonio que se debate ahora es algo que hemos defendido siempre como NaBai y como Aralar, aunque en su día nos supusiera la expulsión de la Diputación de Araba y ahora el PNV esté a favor. Las convulsiones de NaBai han sido más en la prensa que en la práctica política.
No obstante, Amaiur lo supera, es una progresión respecto a Nafarroa Bai partiendo del principio de la unidad de fuerzas y de la hegemonía de una política de izquierda. Responde a dos hechos fundamentales. Por un lado, estamos en el umbral de una situación de paz, y esto es algo cualitativamente diferente aunque algunos aún se nieguen a aceptarlo y otros a valorarlo. Y por otro lado está la situación de crisis, a la que hay que dar respuestas profundas y no sólo retóricas. Y en este aspecto Amaiur va a ser fundamental.
¿Cómo se defiende el derecho a decidir en un ámbito como el Congreso, en el que PP y PSOE tienen tanta mayoría?
En la política, como en otros órdenes de la vida, la práctica es la que se impone. El derecho a decidir se defiende ejerciéndolo. Somos un pueblo en la que medida en que actuamos como un pueblo. Si el resultado de Amaiur es potente y es la demostración de que la ciudadanía va dando pasos, ése es el camino fundamental para defen- der el derecho a decidir.
Las encuestas nos dan en Nafarroa un avance absolutamente nítido. Hay que tener en cuenta que allá por 1980, cuando empezábamos en la política, las fuerzas políticas abertzales eran marginales. En 1979 y 1977 había tres diputados de la derecha y dos del PSOE, y ahora no va a ser así. Luchamos por el segundo puesto, y ahí andaremos.
¿Qué efectos tendrá en la política navarra que Amaiur logre representación en el Congreso?
Si Amaiur es la segunda fuerza política en Navarra, tenemos que poner sobre el tapete la necesidad de que eso tenga un reflejo en las estructuras del Gobierno de Navarra, entre otras razones porque un PSOE relegado a tercera fuerza no puede ser el que le dé la mayoría a UPN.
¿Cómo se traduce eso? ¿Es un emplazamiento al PSN?
No, es una constatación. Si eso ocurre, ya nada va a ser igual. En ese caso, tendríamos que hacer valer frente al PSN que los abertzales somos la segunda fuerza, a partir del mismo día 21. Por eso es excepcionalmente importante ser segundos. En el Parlamento navarro, los abertzales ya somos quince [ocho de NaBai y siete de Bildu] frente a los nueve que tiene el PSN, y ésa es la suma que tenemos que hacer valer. Por eso es tan importante que Amaiur sea segunda fuerza política también en estas elecciones.
Con la decisión de ETA y la fuerza que puede aportar Amaiur, ¿es el momento de plantear ya una ofensiva en torno al estatus de Nafarroa?
Eso va a venir como consecuencia de la representación de cada uno. El derecho a decidir se hace haciendo. La práctica es lo que posibilita los emplazamientos. El hecho de que por primera vez una fuerza abertzale como Amaiur esté en disposición de poder quitar, en unas elecciones generales, la segunda fuerza a una de las formaciones estatales obligaría a una modificación en las estructuras. Y más aún cuando el Gobierno de Barcina está fracasando en todos los aspectos. Empezando por la lucha contra el fraude, porque ellos son los que están involucrados en escándalos como los sobresueldos, que son los que crean alarma social. Y podíamos seguir hablando del fracaso en la lucha por el empleo, en las políticas sociales...
¿Cree entonces que éste va a ser, al fin, el momento en que UPN tenga un desgaste?
Lo tendrá en la medida en que Amaiur avance, ésa es la condición. Tenemos la obligación de buscar que el Gobierno de UPN-PP sea sustituido. Y frente a ese desafío, ellos van a venir con la amenaza de nuevas elecciones, pero eso a nosotros nos vendría muy bien. Si Amaiur es la segunda fuerza en estas elecciones, disputaría la primera fuerza en esos comicios. Desde que Pepiño Blanco anunció que el presidente del Gobierno navarro iba a ser Miguel Sanz -porque hay que recordar que eso lo anunció Blanco-, el responsable de toda esta evolución es el PSN.
¿Cómo valora que el PSOE ni siquiera haya iniciado la gestión de ese nuevo tiempo tras el cese definitivo de la lucha armada?
Lo veo comprensible en cierta medida. La debilidad del Gobierno Zapatero es tan extrema que no hubiera tenido opción alguna de realizar avances. Aunque parezca una paradoja, es mejor que tras la Conferencia de Donostia y la decisión de ETA haya dejado las cosas como están.
¿Cómo debe actuar Amaiur ante el PP? ¿Están abocados a la confrontación o cabe tender la mano para facilitarle algo?
Hay que jugar con los tiempos. En cuanto coja la presidencia del Gobierno, la primera actitud de Rajoy va a ser muy parecida a la que tuvo su mano derecha [Dolores de Cospedal] cuando accedió al Gobierno de Castilla La Mancha. A los ocho días de coger el gobierno, van a decir que el descalabro económico es mucho mayor de lo que reconocía el anterior gobierno. Con ello, por un lado van a hacer una descalificación brutal al PSOE en un momento en el que no les podrá ni contestar, y, por otro lado, ganará tiempo.
Frente a eso, Amaiur debe adoptar una postura de confrontación. Los recortes sociales no son la fórmula de contestar a esta situación, y tampoco lo es el deterioro de los derechos laborales, y la prueba es que las medidas aprobadas en este sentido con apoyo de CiU o del PNV o incluso de UPN no ha traído solución alguna. Amaiur tiene que mostrar ahí que su perspectiva es diferente a la que han sostenido todos éstos y que nos ha abocado a lo que nos ha abocado. Eso llevará tres o seis meses, no serán años. Hará falta ese tiempo para que el PP comience una nueva gestión. Influirá también la personalidad de los miembros del Gobierno de Rajoy, que sin duda será diferente a la de los del de Aznar.
Entonces, ¿es cuestión de tiempo que la decisión de ETA abra puertas?
Ya está abriendo absolutamente todas las puertas. Y el plazo no va a ser largo, sino aceleradamente rápido. Pero en la primera semana de Gobierno del PP no podemos esperar una respuesta que no sea el escapismo. Va a buscar tiempo, y tiene una excusa perfecta en la situación de desasosiego económico.
FUENTE: GARA
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