Pello Urizar tomó las riendas de EA hace dos años, cuando muchos veían al partido en trance de desaparecer. Heredó una apuesta política que mantuvo y que ha derivado en una unidad de fuerzas que lleva la iniciativa política y aspira a otro éxito electoral. Se siente feliz por ello, pero apunta sobre todo al futuro, convencido de que se ha abierto camino pero aún hay que remar mucho. Empezando por ir a Madrid «de cara», pero teniendo claro que lo importante es lo que se haga en Euskal Herria.
Ramón SOLA | DONOSTIA (GARA)
En 2008, en las anteriores estatales, EA perdió su diputada, la izquierda abertzale estaba fuera, y PSOE y PP tuvieron alfombra roja en Euskal Herria... Cómo ha cambiado todo, ¿no?
Sí. Para EA el varapalo fue sobre todo después, en las autonómicas de 2009, pero ya para 2008 teníamos hecha una reflexión: no se estaba logrando trasladar el problema político real, mucha gente se estaba quedando en casa sin ir a votar, y la fotografía que aparecía del país no era la real. Había que ir más allá. El acuerdo estratégico de 2010 fue eso, iba mucho más allá de unas elecciones. A partir de ahí, auguramos un cambio drástico, y así ha sido en 2011.
Cuando la anterior dirección de EA optó por romper con el PNV, porque habíamos visto claro que no tenía voluntad de arriesgar nada, sabíamos que venía una travesía del desierto. Sufrimos, porque el margen de maniobra hasta las elecciones de 2009 era corto y no se pudo trasladar esa apuesta a la sociedad, pero luego la dirección actual lo corroboró y el Congreso también. Me acuerdo que entonces nos decían que nos movíamos fruto de la necesidad, pero se ha visto que no era así.
Amaiur es una suma de fuerzas aún mayor. ¿Está siendo difícil unir tantas voces? EA tiene mala experiencia en NaBai...
Sabíamos que había que hacer ese esfuerzo y que siempre supone dejar pelos en la gatera. Pero era necesario desde un punto de vista de país. Y lo hemos hecho, sabiendo además que esas diferencias en los matices iban a ser usadas como arma arrojadiza por parte de otros. Está claro que todo esto lo ha valorado la sociedad, ha conectado con ella. Así hemos llegado hasta Amaiur: el PNV no ha aceptado unirse porque no está dispuesto a arriesgar, al menos todavía, pero Aralar sí.
¿Es un objetivo superar al PNV en las urnas? ¿Creen que eso podría hacerle moverse?
Lo que decimos es que si tenemos claro que hay una mayoría que apuesta por el derecho a decidir, eso tiene que articularse en las distintas instituciones. A partir de ahí viene la confrontación con los gobiernos, y eso conlleva riesgo a perder cosas. Por desgracia, el PNV no ha demostrado aún esa voluntad, pero es cierto que si Amaiur tiene buenos resultados puede llegar a la conclusión de que tiene que moverse. Los movimientos que estamos haciendo aclaran la situación y, en realidad, obligan a todos a posicionarse.
¿Cómo se defiende en Madrid el derecho a decidir frente a semejante rodillo PP-PSOE?
El trabajo lo tenemos que hacer aquí. Podemos tener en Madrid seis, siete, diez, doce diputados abertzales, y sabemos que eso va a ser muy limitado, pero también allí tienen que percibir nuestra apuesta y compromiso. Tenemos que ir a Madrid de cara, sin disfrazar nuestras intenciones, pero teniendo claro que el trabajo, el compromiso y la responsabilidad están aquí.
En su debate ni Rubalcaba ni Rajoy tuvieron nada que decirle a Euskal Herria. ¿Qué opina?
Que lo más parecido a un español de izquierdas es un español de derechas. No van a discutir nunca sobre un tema en el que están de acuerdo: frenar cualquier aspiración de las naciones. Están dispuestos a modificar la Constitución para que una princesa sea jefa de Estado o por temas económicos, pero para los vascos siempre va a ser un freno legal. Creo que pensaron que si sale este tema en el debate, siempre va a aumentar el conocimiento social, así que es mejor no hablar de ello y punto.
Si gobierna el PP, como parece, ¿qué actitud va a tener Amaiur? ¿La oposición feroz está asegurada o hay margen para intentar facilitarle algunas cosas?
A PP y PSOE les tenderemos la mano siempre que haya voluntad de avanzar en lo democrático, porque en realidad no pedimos nada más. Pero en este tema los dos lo tienen claro. Saben cómo afectaría al Estado perder a Euskal Herria incluso en términos económicos: no sería lo mismo que Irlanda del Norte para los británicos. Y también saben que se podría dar un efecto dominó. ¿Qué sabemos nosotros? Que no nos lo van a poner fácil, ni uno ni otro. Pero si la voluntad de la ciudadanía vasca nos respalda, adelante.
¿Amaiur aspira a recoger también el voto de la indignación por la respuesta a la crisis?
Esto empezó con el PP, pero el PSOE lo asumió todo porque llenaba las arcas con la burbuja que luego hizo crack. Es tarde para hacer autocrítica si has sido parte de todo eso. Lo que tiene que cambiar de raíz es el sistema, que prioriza a los bancos y al mercado especulativo. Llevamos tiempo diciéndolo. Luego salió el 15-M y no queremos atribuirnos nada, pero que comparen con nuestro programa...
Sí. Para EA el varapalo fue sobre todo después, en las autonómicas de 2009, pero ya para 2008 teníamos hecha una reflexión: no se estaba logrando trasladar el problema político real, mucha gente se estaba quedando en casa sin ir a votar, y la fotografía que aparecía del país no era la real. Había que ir más allá. El acuerdo estratégico de 2010 fue eso, iba mucho más allá de unas elecciones. A partir de ahí, auguramos un cambio drástico, y así ha sido en 2011.
Cuando la anterior dirección de EA optó por romper con el PNV, porque habíamos visto claro que no tenía voluntad de arriesgar nada, sabíamos que venía una travesía del desierto. Sufrimos, porque el margen de maniobra hasta las elecciones de 2009 era corto y no se pudo trasladar esa apuesta a la sociedad, pero luego la dirección actual lo corroboró y el Congreso también. Me acuerdo que entonces nos decían que nos movíamos fruto de la necesidad, pero se ha visto que no era así.
Amaiur es una suma de fuerzas aún mayor. ¿Está siendo difícil unir tantas voces? EA tiene mala experiencia en NaBai...
Sabíamos que había que hacer ese esfuerzo y que siempre supone dejar pelos en la gatera. Pero era necesario desde un punto de vista de país. Y lo hemos hecho, sabiendo además que esas diferencias en los matices iban a ser usadas como arma arrojadiza por parte de otros. Está claro que todo esto lo ha valorado la sociedad, ha conectado con ella. Así hemos llegado hasta Amaiur: el PNV no ha aceptado unirse porque no está dispuesto a arriesgar, al menos todavía, pero Aralar sí.
¿Es un objetivo superar al PNV en las urnas? ¿Creen que eso podría hacerle moverse?
Lo que decimos es que si tenemos claro que hay una mayoría que apuesta por el derecho a decidir, eso tiene que articularse en las distintas instituciones. A partir de ahí viene la confrontación con los gobiernos, y eso conlleva riesgo a perder cosas. Por desgracia, el PNV no ha demostrado aún esa voluntad, pero es cierto que si Amaiur tiene buenos resultados puede llegar a la conclusión de que tiene que moverse. Los movimientos que estamos haciendo aclaran la situación y, en realidad, obligan a todos a posicionarse.
¿Cómo se defiende en Madrid el derecho a decidir frente a semejante rodillo PP-PSOE?
El trabajo lo tenemos que hacer aquí. Podemos tener en Madrid seis, siete, diez, doce diputados abertzales, y sabemos que eso va a ser muy limitado, pero también allí tienen que percibir nuestra apuesta y compromiso. Tenemos que ir a Madrid de cara, sin disfrazar nuestras intenciones, pero teniendo claro que el trabajo, el compromiso y la responsabilidad están aquí.
En su debate ni Rubalcaba ni Rajoy tuvieron nada que decirle a Euskal Herria. ¿Qué opina?
Que lo más parecido a un español de izquierdas es un español de derechas. No van a discutir nunca sobre un tema en el que están de acuerdo: frenar cualquier aspiración de las naciones. Están dispuestos a modificar la Constitución para que una princesa sea jefa de Estado o por temas económicos, pero para los vascos siempre va a ser un freno legal. Creo que pensaron que si sale este tema en el debate, siempre va a aumentar el conocimiento social, así que es mejor no hablar de ello y punto.
Si gobierna el PP, como parece, ¿qué actitud va a tener Amaiur? ¿La oposición feroz está asegurada o hay margen para intentar facilitarle algunas cosas?
A PP y PSOE les tenderemos la mano siempre que haya voluntad de avanzar en lo democrático, porque en realidad no pedimos nada más. Pero en este tema los dos lo tienen claro. Saben cómo afectaría al Estado perder a Euskal Herria incluso en términos económicos: no sería lo mismo que Irlanda del Norte para los británicos. Y también saben que se podría dar un efecto dominó. ¿Qué sabemos nosotros? Que no nos lo van a poner fácil, ni uno ni otro. Pero si la voluntad de la ciudadanía vasca nos respalda, adelante.
¿Amaiur aspira a recoger también el voto de la indignación por la respuesta a la crisis?
Esto empezó con el PP, pero el PSOE lo asumió todo porque llenaba las arcas con la burbuja que luego hizo crack. Es tarde para hacer autocrítica si has sido parte de todo eso. Lo que tiene que cambiar de raíz es el sistema, que prioriza a los bancos y al mercado especulativo. Llevamos tiempo diciéndolo. Luego salió el 15-M y no queremos atribuirnos nada, pero que comparen con nuestro programa...
Fuente: GARA
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