La Mesa para el Acuerdo ha trabajado durante los tres últimos años desde la discreción por la constitución de una mesa de partidos, momento que sitúa «en torno al verano» y en el que se disolverá. En este tiempo ha «tendido puentes para tejer confianzas» entre las distintas fuerzas del País Vasco, sirviéndose del intercambio de información. Martín Aranburu, su portavoz, defiende la «importancia de implicar a la sociedad en el proceso de paz para garantizar su blindaje».
-La Mesa para el Acuerdo ha contado con el escepticismo, aunque también con el respeto del PNV y del PSE.
-Al principio hubo más respeto por parte del PSE, con un nivel de interlocución de primera línea, mientras que el PNV empezó con una persona y luego cambió, cuando nos dio más importancia. Creemos que se nos ha escuchado porque les interesaba la información que les trasladábamos.
-¿Por qué creen que no han participado ni uno ni otro?
-En cierto modo era normal. Pensar que el PSE se iba a sentar entonces con Batasuna era política ficción. Nosotros, como EA, pensábamos que si el esfuerzo de Batasuna era cierto había que echarle una mano en el camino, porque sola iba a ser más complicado. Entonces, quizás era una apuesta un poco arriesgada.
-La ausencia del PNV parece más llamativa.
-Bueno, pero también tiene su parte positiva, y lo importante es que esté en la mesa de partidos. Si hubiese estado en nuestro foro se nos habría acusado de ser un frente nacionalista, y nuestro objetivo no es unir a las fuerzas abertzales.
-Curiosamente, el mayor respaldo público a la Mesa para el Acuerdo ha procedido de Batasuna y de ETA. ¿Les ha ayudado o les ha creado problemas?
-En cierta medida nos ha podido lastrar, porque ha permitido la crítica fácil, pensar que éramos un instrumento más de la izquierda abertzale y no valorar suficientemente que había g! ente que no era de ese mundo. Pero en el fondo ha ayudado que ! un agent e importante como ETA pudiera dar por bueno ese esfuerzo, así como lo que se ha dicho y suscrito en la Mesa, lo que daba a entender que ellos tenían una voluntad sincera. Éso ha permitido que el PNV o el PSE se hayan podido ir convenciendo de que lo que decía realmente el mundo de ETA era cierto.
-El alto el fuego les ha cogido en la recta final de la campaña de divulgación de su labor. ¿Tenían información privilegiada?
-Desde el primer texto que acordamos en el Foro de Debate Nacional, en el Aberri Eguna de 2004, estaba clara la voluntad de ETA de dejarlo. Entonces, se separaba ya entre conflicto armado y político, reconociendo que el segundo se llevaba a cabo sólo entre agentes políticos y que la solución pasaba por un acuerdo entre diferentes y una mesa política. Desde entonces ya se veía clara una predisposición y un cambio de postura.
-Se les ha acusado reiteradamente de reunir sólo a nacionalistas.
-No e! s malo que la Mesa esté formada por nacionalistas, lo que sería malo es que dijéramos lo mismo que en 1998. Es bueno que estemos tantos nacionalistas hablando de diálogo entre diferentes, que sólos no podemos avanzar.
-También se les ha considerado una copia de Lizarra.
-Hay una diferencia básica: desde el principio de este proceso la construcción nacional es algo separado de la pacificación. La otra son las ideas que está manejando el mundo abertzale, que se plasman en los textos de los tres últimos años sobre diálogo entre diferentes, necesidad de pactar condiciones entre todos... En 1998 no se decían estas cosas.
-¿Cómo se llega a esta evolución en algunos sectores nacionalistas?
-Constatando lo que es el país, con una gran pluralidad.
-¿Qué diferencia hay entre el proceso actual y anteriores intentos como Argel o Lizarra?
-Fueron intentos de pacificación parciales. Esta ve! z la idea es que sea un proceso más participativo. Las convers! aciones de Argel dejaron claro que entre el PSOE y ETA no se podía arreglar ésto; Lizarra enseñó que entre ETA y nacionalistas tampoco. Así que sólo quedaba intentarlo entre diferentes
-¿La implicación de EA en la Mesa le puede pasar factura?
-Ya ha tenido un coste interno. El alto el fuego nos da la razón de que fue una apuesta que merecía la pena hacer. Hoy en día la mayoría de la afiliación de EA aprueba lo que se ha estado haciendo.
-¿Cómo se blinda el proceso?
-Será irreversible cuando los ciudadanos sepamos que está encaminado, porque eso crea tal tranquilidad e ilusión que nadie sería capaz de volver atrás.
-¿Qué va a pasar con la Mesa para el Acuerdo cuando se encarrile la mesa de partidos?
-Seguramente cerraremos la persiana hacia el verano.
-¿Qué importancia conceden a la ´manifestación por la solución´ de mañana en Bilbao?
-Mucha. Queremos tr! ansmitir al mundo no nacionalista que desde el abertzale se sigue creyendo en el diálogo y en el acuerdo entre diferentes.
-¿Pueden los convocantes convertirse en una fuerza política de futuro?
-Yo creo que el mapa político de este país cambiará cuando se normalice: izquierda con izquierda, centro con centro y derecha con derecha.
http://www.euskoalkartasuna.org/
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